El cine nos permite soñar arquitecturas imposibles, ideas que nacen en la mente del director y que pasan del boceto al decorado del filme gracias al trabajo de los arquitectos. La relación entre el cine y la arquitectura siempre ha sido muy estrecha, a pesar de que para muchos pase desapercibida y ocupe un segundo plano en la película, el decorado es capaz de transportarnos a espectaculares ciudades, entornos inolvidables y espacios únicos.
Siguiendo esta idea, el arquitecto italiano Federico Babina ha creado el proyecto Archidirector City, una ciudad compuesta por 27 casas inspiradas en los 27 directores de cine más importantes del siglo XX. Hitchcock, Lynch, Tarkovsky, Fellini o Burton son algunos de los nombres de los “archidirectors” en los que el arquitecto italiano se ha inspirado para diseñar su propia ciudad del cine.
Cada una de las casas refleja el universo personal de cada autor y de sus películas, transportándonos (de la misma forma que ocurre con los decorados) a ese mundo imaginario en el que cualquier cosa es posible. En palabras del propio Babina, «la arquitectura es como una escena de una película donde la historia es la vida, el guión es dictado por el uso de los edificios y los actores son los habitantes. Un laberinto donde todo, personajes, director y espectadores se pierden y se reencuentran en la intensidad de sus emociones».
Si nos damos un paseo virtual por la ciudad de archidirectors podemos perdernos en el universo de cada director. Con tan solo un clic, el proyecto archidirectors nos adentra en el mundo de Federico Fellini, un lugar donde fantasía y realidad se entremezclan dentro de una casa de inspiración circense que homenajea al director italiano. También podemos viajar al universo de Kubrick y descubrir una inquietante propuesta arquitectónica: un híbrido entre casa y robot que nos transmite la sensación de encontrarnos perdidos en el tiempo y en el espacio.
Por otro lado, la casa de Alfred Hitchcock nos ofrece una mirada voyerista a través de escaleras y ventanas traseras que nos invitan a descubrir la vida oculta y misteriosa de la casa, y si preferimos dar un salto a la fantasía, la arquitectura de Tim Burton nos traslada a una mansión victoriana cuya atmósfera terrorífica no tiene ninguna intención de transmitir miedo, sino que se convierte en una casa arquetipo en donde se encarnan todas las rarezas góticas de sus películas.
Con este proyecto se demuestra una vez más que arquitectura y cine siempre han ido de la mano. Los decorados de las películas nos ofrecen una oportunidad única para aprender, repasar y repensar sobre diferentes estilos arquitectónicos. Desde la arquitectura clásica, el barroco o el gótico, pasando por el estilo colonial o ecléctico, cada director de cine imagina su propia arquitectura tomando referencias del mundo real, por el que finalmente se desdibujan los límites arquitectónicos entre realidad y ficción.