Teruel, sus eternos amantes, y otros destinos de amor trágico

Raúl Alonso

Pocas historias nos conmueven más que las de amores malogrados y pocas son más universales que las de los Amantes de Teruel. La ciudad aragonesa tiene en las desventuras de Isabel y Diego un gran reclamo que revive anualmente. La próxima cita es entre el 16 y 19 de febrero, y promete ser muy especial en conmemoración del 800 aniversario de la inmortal leyenda.

A la bella Isabel, como única hija de la noble familia de los Segura, una de las familias principales de Teruel a comienzos del siglo XIII, le aguardaban ambiciosos planes, entre los que no estaba el casamiento con el hijo segundón de los Marcilla, que heredaría poco más que un caballo. Conscientes de que su amor solo encontraría impedimentos, él decidió marchar a tierras de conquista para hacer fortuna.

Así se fraguó el silencioso pacto de los enamorados: Isabel le esperaría durante cinco años reservando su primer beso hasta su triunfal regreso. Y Diego cumplió. Hasta Teruel llevó su fama y riqueza, pero llegó un día después del tiempo pactado.

Cuando entró en la villa creyó enloquecer al ver los fastos con que sus convecinos celebraban el matrimonio de su amada. Pero Diego no podía renunciar al beso prometido. Hasta la cámara nupcial se deslizó aprovechando la noche para rogar los labios de Isabel, un beso imposible cuando hacia pocas horas que había jurado fidelidad al hombre con quien compartía lecho. Fue entonces cuando la negativa partió su corazón, haciendo que muriese de amor.

Teruel entero acudió al entierro del despechado amante. Familiares y amigos, soldados y tenderos, aguadores y herreros, mesoneras y modistas rendían una sentida despedida, cuando una joven coronada por azahares se acercó al cuerpo inerte. Lo abrazó y besó tan fuerte que allí mismo pereció, y no se levantó nunca más de su lado. Fue así como los amantes se unieron en ese abrazo final. 

 

Viaje al Medievo cada febrero

Con múltiples variaciones, esta es en esencia la leyenda que ha viajado a través de los siglos hasta convertirse en uno de los principales legados turolenses, con permiso de su deslumbrante arquitectura mudéjar. Pero el amor derriba muros -por fortuna no los de Teruel- y ha triunfado rebautizando la villa como ‘Ciudad del Amor’, a cuyo reclamo recibe cada año a miles de visitantes de todo el mundo.

El afortunado apelativo le ha llevado a impulsar el proyecto Europa Enamorada, con el que agrupa a varias ciudades con famosas parejas. Se trata de una iniciativa promovida por el Ayuntamiento de Teruel y la Fundación Boda de Isabel, organización que se ha convertido en un auténtico dinamizador cultural y social de la ciudad.

Quizá su propuesta más reconocida es la recreación de La tragedia de los amantes de Teruel, que propone el acercamiento más impresionante al mito con una gran representación en los escenarios de la ciudad trasladando a los visitantes al siglo XIII. Un viaje al Medievo que se puede disfrutar el tercer viernes del mes de febrero, según informan desde la Fundación.

 

Cara a cara con los amantes

Estas fechas son sin duda la mejor ocasión para visitar el monumento funerario que conmemora esta historia de amor. Un bello mausoleo en el corazón de la ciudad, adosado a la iglesia de San Pedro del siglo XIV, una de las joyas de la arquitectura mudéjar de Aragón declarada Patrimonio de la Humanidad. Además, su campanario levantado en el siglo XII, es el ejemplo más antiguo de este estilo en Teruel.

Se cuenta que en 1555 se descubrieron las momias de los amantes en el subsuelo de una de sus capillas, que más tarde se desplazaron a un recinto especial donde rendir homenaje. Finalmente, en 2005 se inauguró el actual Mausoleo de los Amantes con las bellas esculturas de Juan de Ávalos como reclamo.

San Pedro es un buen punto de partida para recorrer otros edificios emblemáticos. Entre ellos la cercana catedral de Santa María de Mediavilla o las torres de El Salvador y San Martín, que junto a las de los dos citados templos conforman el encantador perfil mudéjar. Una belleza que no solo nació en el Medievo y el Renacimiento ya que, en las primeras décadas del siglo pasado, el historicismo turolense bebió de su arquitectura tradicional para fusionarla con el modernismo, dejando un legado de neomudéjar como el de la puerta nueva de la catedral o la sorprendente escalinata que salva el fuerte desnivel entre la ciudad y la estación de ferrocarril. Pero el buen observador puede disfrutar de singulares fachadas buscando en los caseríos de muchas de las calles más céntricas. Un paseo modernista que también se puede disfrutar mientras se rememoran las andanzas de los amantes más ilustres de la ciudad.

 

El amor trágico como reclamo turístico

Teruel no es la única ciudad europea en que curiosos turistas reviven amores imposibles. En torno al proyecto de Europa Enamorada los cazadores de historias pueden acercarse de momento a otros interesantes destinos. Repasamos algunos de los más interesantes:

Verona (265.000 habitantes): Es una de las siete capitales del Véneto. Su visita ofrece un sorprendente contraste de historia y modernidad, ya que es un activo centro económico. Pero el mayor disfrute es descubrir la convivencia entre sus monumentos de la antigüedad.  Uno de ellos es el anfiteatro romano de La Arena, desde donde se abre un trazado urbano de caserío medieval y renacentista. Ahí se encuentra el célebre balcón de la casa de Julieta, donde podemos rememorar la historia de los Montesco y los Capuleto inmortalizada por Shakespeare, y cuyo enfrentamiento familiar no pudo salvar el amor de los jóvenes Romeo y Julieta.

Coímbra (144.000 habitantes): Más cercana tenemos esta ciudad portuguesa de fama mundial por su belleza y por albergar una de las universidades más antiguas de Europa. Sus amantes protagonizan igualmente una triste historia de amor cortesano. El príncipe Pedro Costanza mantiene una relación extramatrimonial con la bella Inés, dama de compañía de su esposa. A la muerte de la mujer, los amantes secretos se casan lo que no es bien visto por el rey Alfonso IV, que ordena asesinar a Inés. Según la leyenda, cuando Pedro alcanza la corona obliga a la nobleza a rendir pleitesía a su cadáver sentado en el trono.

Krosno (47.500 habitantes): esta fortificada ciudad medieval ubicada en Polonia, también quedó atrapada por la historia de Anna y Stanislaw Oswiecimowie. Pese a su parentesco familiar -eran medio hermanos- cayeron presos del amor. Cuando él viajó a Roma para solicitar la dispensa papal que legitimara su sentimiento, ella murió, según se cuenta, envenenada por su propia madre o un amante despechado.

Beja (25.000 habitantes): en esta ciudad portuguesa se puede conocer la historia de Sor Mariana, autora de las Cartas portuguesas, una cumbre de la literatura amorosa, dirigidas al conde Charmilly.

Scano (2.000 habitantes): la ciudad italiana que alberga la tradición de entregar La Presentosa o joya del amor, una espectacular reliquia con uno o dos corazones en el centro que los hombres regalaban a sus amadas al partir en trashumancia.

 

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