Hace tres años los expertos de la sección de Viajes del prestigioso dominical británico The Sunday Times elaboraron un ranking con las 50 mejores ciudades del mundo donde vivir. “Hemos disfrutado con algunos de los barrios más modernos del planeta, con los destinos más soleados donde jubilarse. Hemos seleccionado pueblos y villas próximos a playas espectaculares y los paisajes más salvajes, donde se puede disfrutar de una vida familiar. Nuestro ganador general es Palma. Creemos que lo tiene todo», concluyeron los autores de la lista, quienes completaron el podio con Toronto (Canadá) y Berlín (Alemania).
Y apuntaron siete razones que les llevaron a otorgarle ese galardón honorífico y que explican por qué tantos extranjeros quieren vivir en la capital balear.
- 300 días de sol y clima suave. Sí, de media solo 65 días al año las nubes cubren el cielo. Y en invierno la temperatura es muy raro que baje de los 9o
- Su belleza histórica. El centro urbano lo forma una red de callejas a las que se asoman casas blasonadas como las de Casal Sollerich, Can Vivot, Can Oms o Can Bordils, y palacetes como La Almudaina, el Palacio Real o el Alcázar Real. La catedral y la Lonja de los Mercaderes son joyas del gótico, y el Paseo Marítimo y el Muelle Viejo aportan el aire marinero a una ciudad que siempre mira al Mediterráneo. En las afueras, se alza el castillo de Bellver, actual museo de historia.
- Las mejores playas urbanas. La playa de Palma (4,6 kilómetros) y la de Can Pere Antoni (750 metros) presumen todos los años de su Bandera Azul, una distinción por sus condiciones ambientales e instalaciones. Muy cerca de la ciudad se encuentran otras playas idílicas, como cala de l’Oratori o Cala Portals Nous, en Calviá, a 15 minutos en coche.
- Y también una espectacular montaña. La Sierra de la Tramontana fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lo que da una idea de su riqueza natural. Y solo está a media hora por carretera.
- Buenas comunicaciones. El aeropuerto se encuentra a ocho kilómetros de la ciudad y enlaza con las principales capitales europeas. Ferris diarios llegan desde Barcelona, Denia y Valencia, y también desde Palma se conecta por mar con Menorca e Ibiza. La red de carreteras es amplia por lo que se puede alcanzar cualquier punto de la isla en un máximo de 90 minutos.
- Ciudad cosmopolita. El turismo ha convertido a Palma en una ciudad de acogida multilingüística. Alemanes, británicos, escandinavos, franceses, rusos… Todos pueden encontrar establecimientos y servicios donde hablen su idioma y restaurantes que les acerquen su gastronomía. La consecuencia lógica es que muchos de ellos deciden adquirir una vivienda en la isla. Según los datos del Ministerio de Fomento, durante 2017 las compraventas en Baleares aumentaron un 26% respecto al año anterior, lo que supuso un montante total de unos 4.500 millones de euros. El 44% de esas compras fue de inversores extranjeros (1.900 millones). La fuerte demanda empuja los precios al alza. En concreto en Palma de Mallorca, el pasado mayo se registraron subidas del 12,9% con respecto al mismo mes de 2017, según los datos del último informe de la tasadora Tinsa.
- El paraíso del ocio y las compras. Resorts, bares, cafés y discos proporcionan una agenda completa para disfrutar de tanta diversión como uno sea capaz de soportar. Palma también destaca por sus tiendas, de las más glamurosas a las más hippies. La mayoría se encuentran en el casco antiguo y en el centro comercial Porto Pi.
Como se ve, la elección de The Sunday Times estuvo muy bien fundada.