El interés por los métodos de climatización de nuestros hogares llega a sus cuotas más altas cuando las temperaturas arrojan sus cifras más extremas. Con la entrada del verano y los días más calurosos en el horizonte aparece también la preocupación por lograr mantener una temperatura agradable en el hogar sin que ello suponga un desembolso desorbitado.
Si lo que se quiere es evitar posteriores sobresaltos a la llegada de las facturas, a la hora de elegir un sistema de refrigeración y calefacción para casa es importante optar por sistemas energéticamente eficientes y, preferiblemente, respetuosos con el medio ambiente.
Estos beneficios ambientales y de ahorro en el hogar se logran con la bomba de calor, un sistema de climatización que sirve tanto para el verano como para el invierno dónde el objetivo siempre será mantener los espacios fríos o calientes por medio de ciclos de refrigeración.
Este sistema se ha extendido en el norte de Europa pero todavía es bastante desconocido en España, aunque en nuestro país las condiciones climatológicas lo convierten en una alternativa aún más recomendable: pocos saben que la bomba de calor puede suponer un ahorro energético de entre el 25% y el 50% en comparación con los sistemas de aire acondicionado o calefacción tradicionales.
Cómo enfría una bomba de calor
Para refrescar estancias en verano, la bomba de calor se sirve de la aerotermia, es decir, de las leyes de la termodinámica, y de la electricidad. El mecanismo de una bomba de calor no enfría el aire como sí lo hacen los sistemas tradicionales de aire acondicionado, sino que mueve el calor del interior al exterior mediante un ciclo de compresión. En invierno el mecanismo opera en el sentido contrario: la bomba recoge el calor del exterior (recordad que el calor puede obtenerse de ambientes que consideramos ‘fríos’: la ausencia de calor total o cero absoluto no se produce hasta los -273 grados centígrados) y lo transporta hasta el interior, elevando así la temperatura del hogar.
La bomba de calor puede servirse del aire ambiental (la opción más habitual), pero también de aguas subterráneas o de la temperatura del suelo (la alternativa más eficiente). Es de estas fuentes renovables de las que obtiene la mayor parte de la energía que necesita, teniendo que utilizar únicamente alrededor de un 25% de electricidad.
Este proceso no genera emisiones directas de C02 y es tan eficiente que la energía entregada por la bomba de calor es mayor que la energía eléctrica consumida. Además, los filtros hacen que el aire que la bomba devuelve esté limpio de virus, bacterias y otros alérgenos.
En busca de la mayor eficiencia
Para maximizar la eficiencia del sistema, a la hora de elegir un sistema de climatización por bomba de calor es conveniente tener en cuenta unas recomendaciones suplementarias:
- Lo ideal es tener en cuenta el sistema de climatización desde el mismo momento en el que se planifica la vivienda.
- La combinación de bomba de calor con suelo radiante es la más eficiente.
- Se deben elegir aparatos con tecnología ‘inverter’, aquella que mantiene al aparato funcionando al mínimo una vez alcanzada la temperatura elegida evitando las pérdidas energéticas provocadas por arranques y paradas.
- Si es posible, establecer un sistema de climatización por zonas: algunos sistemas operan con detención automática de personas.
- Utilizar refrigerantes de última generación.
Ventajas y desventajas de la bomba de calor
Como ya hemos señalado, este sistema presenta como ventajas principales su alta eficiencia energética y su bajo impacto medioambiental. Se trata, además, de una alternativa eficiente para mantener el hogar a una temperatura confortable tanto durante el verano como durante el invierno con el añadido de que, en función del tipo de instalación, también puede proveer de agua sanitaria caliente, lo que llevaría a la vivienda a no depender de otra fuente de energía de pago que no sea la eléctrica.
Otra ventaja importante reside en la sencillez del mantenimiento: se reduce a la limpieza periódica de los filtros (un par de veces al año es suficiente), que puede ser realizada por el mismo usuario, sin depender de un profesional, mediante aspiración o lavándolos con agua y jabón neutro.
En el capítulo de las desventajas encontramos la inversión inicial, generalmente más elevada que la de otras opciones, pero que es recuperable gracias al ahorro en consumo a medio plazo.
En resumen, pese a una fama injustificada y aunque su denominación pueda llevar a engaño, la bomba de calor se presenta como un sistema de refrigeración eficiente, económico y ecológico a tener en consideración cuando llega el momento de plantar cara a las altas temperaturas en casa.