El Housing as a Service (HAAS) es un modelo de negocio centrado en satisfacer las necesidades del cliente. En el sector inmobiliario, en constante evolución, se trata de ofrecer un servicio de valor añadido al perfil de clientes que busca algo más que un alquiler convencional.
Cada vez hay más propietarios de viviendas de medio y alto standing que ofrecen sus inmuebles a personas que necesitan un alquiler de calidad a medio plazo. Los inquilinos se caracterizan por su alta exigencia, pero también constituyen un público que cuenta con solvencia, lo que ofrece una garantía para los arrendadores.
Quién demanda el Housing as a Service
Los demandantes del Housing as a Service son personas con una gran movilidad. Se trata, principalmente, de estudiantes internacionales, profesionales expatriados, pacientes que se desplazan para tratamientos médicos de larga duración, nómadas digitales, recién divorciados, personas que huyen de las obras en su vivienda, viajeros estacionales o deportistas de alto rendimiento que tienen que pasar algunos meses lejos de su hogar. En definitiva, se trata de clientes potenciales que, además de un alojamiento cómodo y de calidad, demandan servicios innovadores. Servicios adaptados a sus necesidades y a su nueva forma de relacionarse con la ciudad.
Hay que tener en cuenta que no solo se busca una buena ubicación. También calidad constructiva y, sobre todo, servicios. Para cubrir sus necesidades las agencias inmobiliarias más especializadas ofrecen alternativas flexibles y cómodas de alojamiento. ¿Cómo? En viviendas amuebladas y listas para entrar a vivir, dentro de esta nueva forma de alquiler que cada vez gana más adeptos.
Servicios que se ofrecen a los inquilinos
Los inquilinos del Housing as a Service se caracterizan por una exigente demanda que va más allá del alquiler convencional. En algunos casos, se les ofrecen paquetes todo incluido, con WiFi y suministros, que también puede englobar servicios como la limpieza o el mantenimiento.
Otra opción son las viviendas situadas en espacios de coworking, con acceso a comedor, biblioteca o gimnasio. Hay quien solicita servicios personalizados, como un microondas en su habitación, y. Y los hay que prefieren una factura única, que puede englobar desde la luz al agua, pasando por Internet y hasta las plataformas de televisión de pago.
El principal atractivo de este tipo de alquiler es lo cómodo que resulta para el inquilino encontrar la vivienda porque las agencias inmobiliarias tienen ya todo previsto y las viviendas están perfectamente acondicionadas. Atrás queda la burocracia del alquiler tradicional y una fórmula que comienza a quedarse caduca para una parte de la sociedad.
Ciudades con propuestas Housing as a Service
Madrid y Barcelona son dos ciudades en las que ya se ha asentado el concepto de Housing as a Service, ya que cuentan con un gran flujo de personas que demandan alquilar viviendas de forma temporal, principalmente en el centro de la ciudad. Sin embargo, muchas de las personas que abrazan esta fórmula del Housing as a Service son teletrabajadores y nómadas digitales, que prefieren calidad de servicio a la ubicación del inmueble.
A pesar de todo, la demanda del Housing as a Service no solo se concentra en las dos grandes capitales empresariales. También está ganando terreno en otras localidades, como Málaga o Valencia, y debido a la demanda de estudiantes y jóvenes profesionales, también en otras ciudades como Segovia, Salamanca o Zaragoza.
En los últimos tiempos, este servicio crece con fuerza en diferentes localidades del país, en parte como consecuencia de los nuevos hábitos que ha traído consigo la pandemia, en laos que los profesionales teletrabajan e interactúan más intensamente, pero con grupos cada vez más limitados.
Cómo afecta a el Housing as a Servicice a todos los agentes
El Housing as a Service afecta a todos los agentes del alquiler inmobiliario. Por un lado, los propietarios de viviendas que buscan sacar la máxima rentabilidad a sus propiedades. Encuentran, en esta fórmula, una posibilidad de alquiler sin riesgos. Hoy, más que nunca, contar con un patrimonio inmobiliario es sinónimo de acceder a una fuente de ingresos con un excelente potencial.
Por su parte, los inquilinos encuentran una cartera de viviendas que satisfacen sus necesidades y que permiten un alquiler cómodo y rápido. Un servicio que se adapta a sus necesidades y les permite relacionarse con colectivos con sus mismos intereses sin perder ni un ápice de independencia.
Por último, la empresa inmobiliaria hace frente a la creciente demanda de este segmento del alquiler de calidad a medio plazo y aportan valor añadido tanto al inquilino como al propietario. Estas compañías son las que ofrecen no solo asesoramiento, sino también acompañamiento personalizado en todo el proceso. Siempre con unas relaciones basadas en la transparencia, el compromiso, la confianza, la eficacia y la fiabilidad.
En resumen, las agencias inmobiliarias son las que se encargan que los inquilinos se sientan como en casa por el tiempo que alquilen la vivienda, habitualmente entre los 6 y los 11 meses. Y también las que consiguen ofrecer un valor añadido a los arrendadores, que confían a la hora de dejar su patrimonio en buenas manos.
En la fórmula del Housing as a Service, su amplia demanda ha hecho que el ladrillo pierda importancia para poner en el centro de la ecuación a las personas y sus necesidades.