Tres, cuatro, cinco y por qué no diez, o mejor veinte. Eres #fandetuhogar y cada Navidad no puedes resistir la tentación de rodearte de toda la familia o los amigos, cuando no los dos grupos al mismo tiempo.
No te preocupes, acudimos en tu auxilio lanzándote algunas ideas sobre cómo organizar esa gran fiesta sin morir en el intento. Como tú muy bien sabes, es cuestión de echarle mucho ánimo y un poco de imaginación.
Muebles con sorpresa
Si eres de los que disfruta organizando multitudinarias reuniones en casa, deberías tenerlo en cuenta cuando elijas tu mobiliario. Los diseñadores han roto los cánones para incorporar a las nuevas viviendas mesas adaptables a cada situación. Las más habituales son las extensibles, de modo que ofrecen de cuatro a ocho plazas de forma habitual, y son capaces de hasta duplicar su capacidad cuando la ocasión lo requiere. Además, existen modelos plegables, abatibles sobre la pared, e incluso curiosos muebles multifuncionales, como los de centro de salón que se elevan convirtiéndose en mesa de comedor.
Pero una de las alternativas más prácticas puede ser la más tradicional: guardar en el garaje un gran tablón y apoyarlo sobre unos caballetes. Es especialmente acertada cuando en el centro del salón podemos liberar un espacio generoso que permite alinearse con la habitual mesa del comedor. Vestida con un poco gusto cumplirá sobradamente con su función, resultando de lo más confortable.
El recurso de la mesa infantil
Otra solución es disponer de una mesa alternativa a la principal, donde por ejemplo ubicar a los niños. Algunas se pliegan sobre la pared o sirven de aparador, como la Origami Drop Leaf de Crate & Barrel, otras cumplen funciones aparentemente tan dispares como la de espejo y mesa, como es el caso de la diseñada por IV Design. Otro de los diseños más acertados es la mesa de centro con cuatro puff de Moderna Kampe. En cualquiera de los casos se convertirá en la mesa más divertida de la reunión.
Dónde nos sentamos
El otro problema es contar con las sillas suficientes. Los bancos permiten ubicar a más comensales en torno a la mesa. Además pueden tener otras utilidades el resto del año como descalzadoras a los pies de la cama, en los dormitorios de los niños o incluso en el baño, siempre que el espacio lo permita. Desde luego no son tan confortables como una silla con respaldo, pero resultan una efectiva solución para esos momentazos de aglomeración: no oirás una queja.
Otra opción es surtirse de un buen número de sillas plegables o banquetas, hay modelos apilables o que permiten colgarse en las paredes del garaje o la terraza.
¡Todos en pie!
Puede que en esta ocasión se te haya ido la mano con el número de invitaciones. Para esos anfitriones de agenda voluminosa o de familia infinita, una buena opción es plantearse una comida bufé. Es una fórmula muy extendida en los países del norte y el centro de Europa y que gana adeptos en España. Asegura una reunión ágil en la que los invitados se sienten con más libertad para relacionarse, y además evita al organizador más de un quebradero de cabeza.
En estos casos conviene despejar bien el centro del salón y ubicar las bebidas y la comida en diferentes mesas para que no se aglomeren todos los invitados en la misma zona. Si el espacio lo permite, una buena opción es colocar mesas auxiliares en varios puntos de la habitación, de modo que permita apoyar platos y bebidas. A la hora de confeccionar el menú piensa en carnes frías, pasteles de pescado, quiches de verduras o ensaladas servidas en pequeños recipientes mono dosis, es importante que todo se pueda comer utilizando una única mano.
Bienvenidos a la fiesta total
La opción más osada es incluir varias piezas de la casa en la fiesta. Puede ser una buena solución cuando en la reunión se quiere crear dos ambientes, por ejemplo, para dejar que los primos adolescentes o veinteañeros se diviertan escuchando su propia música.
Esta alternativa es más sencilla cuando en la vivienda existe un comedor y salón diferenciados pero también se puede valorar incluir otras piezas de la casa como el office de cocina, terrazas cerradas o incluso el dormitorio (el del joven que haga las funciones de anfitrión, por supuesto).
En estos casos se puede valorar elaborar dos menús complementarios, e incluso tematizarlos: uno oriental o americano para los jóvenes y otro más tradicional para el resto. Esta técnica garantiza el flujo de una sala a otra de los comensales, lo que resulta más animado.
En cualquiera de los casos conviene tener en cuenta estos últimos consejos básicos:
- Libera todo el espacio Puedes utilizar uno de los dormitorios para guardar muebles o lámparas que dificulten la movilidad de los invitados, cuanto más despejado, mejor.
- Protege todos los muebles y mesas que vayan a ser utilizados con manteles gruesos o incluso con un hule protector bajo el mantel.
- Personaliza los vasos y copas. Una de las situaciones más molestas en este tipo de fiestas es la saturación de cristalería sobre todos los muebles, ya que nadie sabe cuál es la suya. Desde pegatinas a cadenas de colores, en las tiendas hay infinidad de soluciones para evitar el problema.
- Adapta la iluminación y la música a los diferentes momentos de la fiesta.