Por delante tenemos varios meses para disfrutar del aire libre, así que abramos las ventanas y preparemos nuestra terraza como una habitación más de la casa. El objetivo es organizarla para que sea cómoda, acogedora y vistosa aprovechando cada metro cuadrado del que disponemos (que por lo general son pocos).
Partimos de la idea de que una terraza es un lugar para ‘estar’, no un escaparate preparado solo para lucir un jardín espléndido o un trastero donde acumular objetos que no nos caben en otros lugares. De manera que imaginemos el espacio vacío y hagamos una planificación a partir de los elementos esenciales que siempre deben estar presentes. Son estos…
Mobiliario: solo lo imprescindible
Empieza por hacerte esta pregunta básica: ¿para qué voy a utilizar la terraza? Si, por ejemplo, la quieres solo como espacio de lectura, te servirá una silla cómoda y un taburete de apoyo. El resto de la superficie puedes dedicarlo a las plantas.
Pero como de lo que se trata es de hacer vida en ella, mejor pensemos en más elementos, como una mesa y sillas plegables para que ocupen espacio solo cuando sea preciso. Las hamacas también resultan funcionales porque se colocan y se retiran con facilidad. Y un taburete puede servir tanto para sentarse como de mesa improvisada.
“Una muy buena solución es ocupar toda la superficie del suelo creando un espacio chill-out con grandes cojines y futones donde sentarnos o tumbarnos –apunta Alejandra Aguilar, de La Tapicera–. Bastan un par de mesitas o taburetes bajos que hagan de mesas auxiliares y añadir telas coloridas para lograr un ambiente acogedor”.
Es mejor que el mobiliario sea ligero (de aluminio o de fibras naturales), con estructuras simples no solo para que ocupe menos sino para dar una mayor sensación de espacio.
Plantas: mejor en vertical que en horizontal
No puede haber una terraza sin plantas que la llenen de aromas y de frescor. El desafío consiste en ubicarlas de tal manera que no nos quiten demasiados metros y que podamos acceder a ellas con facilidad. Si no cuentas con mucha superficie, no las coloques en el suelo.
Piensa en vertical, empezando por el poyete que limita el balcón por el exterior, un lugar perfecto para jardineras fijadas al espacio superior del poyete, si es lo bastante ancho, o colgadas hacia el exterior.
Pero además cuentas con toda la pared que separa la terraza del resto de la casa para instalar un jardín vertical, que además ayudará a aislar del calor las habitaciones interiores. Dos consejos: plantas con flores para tener más luz y color, y un pequeño huerto de especias para disfrutar de sus fragancias.
Orden: no planificar es desperdiciar espacio
“Haz un pequeño plano distribuyendo los elementos con los que vas a contar y piensa si son los adecuados, si algo te sobra y si cada cosa está situada en el lugar correcto –añade Alejandra Aguilar–. Desde luego, antes que nada saca de allí todo lo que no vayas a utilizar y después organiza según la forma de la terraza. Por ejemplo, las cuadradas te permitirán poner una silla frente a la otra, y para las rectangulares, lo mejor podría ser un banco pegado a la pared con una mesa estrecha y alargada”.
Iluminación: logra la atmósfera adecuada
Se supone que una terraza cuenta con suficiente luz natural durante el día, de manera que el objetivo es crear una atmósfera nocturna relajada que ayude además a generar una sensación de mayor espacio. Es decir, iluminación suave y localizada en determinadas zonas, según la necesidad, ascendente o a contraluz, o con tiras de LED.