Albacete, déjate sorprender por los maravillosos contrastes de esta ciudad castellana

Equipo de Redaccion

¿Sabías que en esta provincia se rodó una película de culto? ¿Y conocías que uno de sus municipios fue escenario de una de las batallas más relevantes de nuestra historia? Las ciudades castellanas son las grandes olvidadas y entre ellas, posiblemente Albacete sea la que más desconocida. Sin embargo, recorrerla es descubrir pueblos y rincones asombrosos, lugares que te sorprenderán.

Conoce su origen

La ciudad fue ocupada por los árabes a partir del siglo X y se tiene constancia de que fueron ellos quienes le pusieron el nombre de “Al-Basit”, que significa “El Llano”. Ha sido testigo de varias batallas: la de las Navas de Tolosa (año 1212), donde se enfrentaron las tropas cristianas con el ejército árabe, la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil Española, donde se instaló el Cuartel General de las Brigadas Internacionales debido a su estratégica posición geográfica. Hoy en día, se pueden atisbar los restos de los múltiples bombardeos que sufrió durante la guerra.

La provincia tiene un total de 392.000 habitantes, según datos del INE 2016, viviendo el 43% en la capital. Goza de un clima mediterráneo templado, pero con temperaturas extremas en invierno y en verano. Por eso, las mejores épocas para visitarlo son la primavera y el otoño.

 

Una capital con encanto

Recorrer las calles del centro de la ciudad es trasladarse a la arquitectura de principios del siglo XX, donde aún se pueden ver edificios tan bellos como el antiguo Ayuntamiento, que actualmente es el Museo municipal, de él destacan la Torre del Reloj y la escalera principal. Otra de las grandes bellezas que esconde la ciudad es el Gran Hotel, una de las muestras más importantes del modernismo español, con una fachada que respira varios estilos: renacentista, gótico y plateresco. Sin embargo, la gran joya de la ciudad es el pasaje de Lodares, una galería comercial situada entre la calle Mayor y la calle Tinte, donde la luz castellana se cuela por sus orificios.

Dicen que en Albacete se come bien, aunque eso cada uno tendrá que juzgarlo. Lo que sí es indiscutible es que cuenta con platos típicos de la cocina castellana, donde destacan la naturalidad de los ingredientes y la calidad de la materia prima. Si has decidido visitarla, no puedes dejar de probar los gazpachos manchegos, las migas ruleras o “migas del pastor” (llamadas así porque su receta aprovechaba todo lo que sobraba y era el plato que solían comer los pastores) o el pisto manchego, otra de las especialidades culinarias. Tampoco te puedes perder las sopas, la carne de cordero, el “atascaburras” o ajoarriero (con huevo, aceite y bacalao). Todo esto, acompañado de un buen queso curado y de los vinos propios de la zona, como los moscateles o mistelas.

 

Una provincia llena de contrastes

Si aún crees que Albacete es un mero lugar de paso, donde parar a comer y continuar la ruta, te sorprenderán los lugares que esconde si abandonas la autopista. Cruzando el Embalse de la Fuensanta, se encuentra el nacimiento del río Mundo, uno de los lugares más bonitos, donde se pueden practicar deportes como el piragüismo o el kayak. Si lo que te gusta es descubrir pueblos con encanto, entonces no deberías perderte Chinchilla de Monte-Aragón, enclavado en lo alto de una colina y cuyas vistas desde arriba son especialmente bonitas. Lo singular de Chinchilla es que su parte más llana sirvió para acoger los edificios nobles, como el ayuntamiento, la iglesia o los palacios. Pero su encanto no acaba ahí, en la parte inferior del pueblo hay viviendas excavadas dentro de la montaña, como si de cuevas se tratase.

Alcalá de Júcar es otra de las sorpresas que ofrece la provincia castellana, situada en la ladera de la montaña. Sus casas de color blanco, sus estrechas callejuelas en forma de zigzag y sus cuestas conforman un paisaje muy singular que merece la pena recorrer para descubrir el encanto de sus gentes, su castillo y su rica gastronomía a través de las tabernas y bares excavados en la roca. Por otro lado, si lo que te apasiona son las batallas, no deberías perderte el Castillo de Caudete, ubicado en la localidad albaceteña que lleva el mismo nombre. Data del siglo XII y se encuentra situado sobre una pequeña zona elevada, fue testigo de continuas batallas entre árabes y cristianos y, además, fue uno de los pioneros en usar la pólvora como método defensivo. Ahora es una fortaleza que se puede visitar.

 

Descubre algunas de sus curiosidades

Hay unas cuantas singularidades por las que la provincia de Albacete es conocida, algunas tienen que ver con el fútbol, otras con el cine. Por ejemplo, Ayna fue el escenario para el rodaje de la película: “Amanece, que no es poco” de Jose Luis Cuerda y aún hoy los fans de la cinta se reúnen parar hablar del filme o para recordar algunas de sus escenas más conocidas. Pero ahí no queda todo, en Fuentealbilla nació el que para muchos es el mejor futbolista de la historia de nuestro país y el que nos dio la victoria del mundial de 2010: Andrés Iniesta, a quien su localidad le ha rendido tributo a través de un recorrido por los lugares donde el jugador solía pasar su infancia.  A nivel histórico, Almansa fue testigo de una inolvidable batalla en 1709, que enfrentó a Felipe de Anjou con el archiduque Carlos de Austria y tras la cual el primer rey Borbón terminó con los fueros de los reinos de Aragón y Valencia. ¿Necesitas más razones para visitar Albacete?

Etiquetas