Los baños suelen ser las estancias más reducidas y con menos luz, a pesar de que pasamos mucho tiempo en ellas. Si es tu caso y quieres sacarle el máximo partido, toma nota de estos conejos que te ayudarán a planificar el espacio al detalle.
Cuanto más pequeño, mayor es el desafío y más trucos hay que conocer. Con la ayuda de diseñadores e interioristas hemos elaborado una guía con diez pasos que te ayudarán a que todo encaje, luzca bonito y sea cómodo.
- Mínimo mobiliario. Hay que pensar sólo en los productos y utensilios que consideres imprescindibles para tener a mano y buscarles acomodo en muebles pequeños que se ajusten al espacio –por ejemplo, debajo del lavabo–. También pueden servir estanterías de módulos o carritos, aunque quitar los objetos de la vista da una mayor sensación de orden y, por tanto, de espacio.
- Sanitarios compactos. Miden hasta 6 cm menos de fondo. Además, puedes eliminar el bidé y la bañera: un plato de ducha ocupa mucho menos y te ayudará a gastar menos agua.
- Espejos grandes y sin marcos. Se consigue un efecto de amplitud y ayudan a distribuir la luz.
- Si el baño tiene ventana al exterior, procura colocar el lavabo en la pared opuesta para que no te deslumbre la luz y se refleje en el espejo, llevando la iluminación natural a toda la estancia.
- La mampara de la ducha tiene que ser transparente para no provocar una división visual. El espacio siempre debe parecer diáfano.
- El orden es importante. Todo en su lugar y el suelo despejado para ganar en amplitud y en movilidad.
- Piensa en vertical. Utiliza estanterías en zonas muertas: encima del inodoro o del lavabo. Gana en altura lo que pierdes en anchura.
- Instala un radiador toallero. Se fabrican en diferentes tamaños. De esa forma, en un mismo espacio colocas dos elementos.
- Que dominen los colores claros y suaves, tanto en las paredes como en el mobiliario y en el textil (toallas y alfombrillas). El objetivo es no saturar y aportar luz, aunque no renuncies a personalizar el ambiente con tu propio estilo.
- Griferías minimalistas y empotradas. Mejor un monomando de diseño simple. Si puedes encastrarlo en la pared ganarás hasta 10 cm con el lavabo. También conseguirás una mayor sensación de espacio si el rociador de la ducha va a la pared o al techo y la tubería está oculta.