El ascensor es uno de los bienes más apreciados por los vecinos, pero también una de las infraestructuras más costosas a gestionar por la junta de propietarios. Un buen mantenimiento y una oportuna modernización son clave para prologar su vida, pero cuando el ascensor supera los 35 años, conviene que se planifique una nueva instalación. La mejor manera de asegurar que los vecinos van a poder seguir comentando el parte meteorológico cuando lo compartan.
Un cambio planificado
“Es importante que la comunidad vaya detectando las distintas alertas que le llegan para que el cambio de ascensor sea una decisión planificada y las cuentas de la comunidad sufran lo menos posible. De otro modo se corre el riesgo de enfrentarse a una avería sin solución y, en consecuencia, a la falta de disponibilidad de un servicio esencial”, explica Ángeles Ríos, directora en Galicia de Orona, fabricante de uno de cada diez ascensores instalados en Europa, y presidenta de la Asociación Empresarial Gallega de Ascensores (AEGA).
Esas alertas o avisos que en opinión de esta experta envía el ascensor, llegan en forma de averías recurrentes, una parada desnivelada de la cabina con respecto a la planta e incluso atrapamientos. “Y si no falla, casi peor, porque no está avisando a la comunidad de que pronto se enfrentará al problema”, insiste Ríos, “por eso es importante contar con una buena empresa de mantenimiento que informe a la comunidad”. Hay que tener en cuenta que solo el plazo de la instalación de un nuevo ascensor es de seis semanas de media, tiempo al que hay que añadir los plazos de las licencias municipales, planificación de la obra civil asociada, etc.
Cómo planificar el cambio de ascensor
Asumido que pasados los 35 años el ascensor funciona de prestado, lo más importante es que la comunidad planifique su reposición. Eso implica trabajar en cuatro decisiones.
Calendario de financiación
Como cifra orientativa, el cambio de ascensor implica una inversión de 30.000 a 60.000 euros. Este importe es más asumible cuando la comunidad anticipa y planifica el cambio de ascensor previendo una derrama o tomando medidas de ahorro. Para establecer el plan conviene valorar dos aspectos:
- Conocer los tipos de acuerdo. Por ejemplo, puede contratar una empresa de rehabilitación, ocurre cuando se aborda una reforma integral del inmueble u obras más importante. En segundo lugar, la contratación de ascensor llave en mano, normalmente la empresa de instalación de elevadores asumirá todas las labores. Y en tercer lugar la firma de dos contratos, uno para la obra civil que sea necesaria y otro por los trabajos para el ascensor.
- La negociación del pago. Según la experiencia de Ríos, de forma mayoritaria las comunidades se acogen al modelo de la empresa de ascensores, que acostumbra a establecer una financiación en el pago de hasta dos años sin coste, aunque las condiciones pueden variar según el tipo de operación. Otras comunidades negocian plazos a cinco o incluso ocho años con la entidad financiera colaboradora de la empresa de ascensores. Como tercera opción, pero mucho menos habitual, el modelo de prontopago, que conlleva unos descuentos de entre el 3% y el 5% de la operación.
Selección de la empresa proveedora
- Hay que seleccionar un número de ofertas representativo.El importe de la decisión de compra justifica ese esfuerzo. Lo habitual es que la primera oferta llegue de la empresa de mantenimiento, pero la comunidad debe tener claro que no está atada a la marca de su actual instalación, por lo que al menos debería barajar otras dos propuestas.
- Se recomiendan empresas con cobertura nacional. El volumen de negocio que manejan les permite ser más competitivas en precio y una garantía de calidad demostrable.
- Es importante que la empresa cuente con plantilla en la zona. “Buscando ahorro, en ocasiones se contrata una empresa sin técnico en ese área, lo que luego suele implicar demoras en el servicio”, explica Ríos. Sin duda el supuesto que mejor ejemplifica la importancia de esta proximidad es el del tiempo de espera hasta que el operario llega a rescatar a una persona atrapada. La misma lógica de proximidad funciona en términos de reposición de piezas y repuestos, si bien la capacidad de respuesta de la logística actual cubre cientos de kilómetros en horas.
Información de subvenciones y ayudas
- Un tema muy importante para la comunidad, ya que las distintas subvenciones pueden llegar a cubrir hasta el 50% de la inversión, si bien en muchos casos parte de este porcentaje puede estar condicionado por la renta de cada vecino.
- Lo habitual es que sea el administrador quien aborda esta tarea recurriendo a la información que cada comunidad autónoma renueva anualmente según sus planes de vivienda. Conviene informarse también en el ayuntamiento, ya que en ocasiones cuentan con ayudas propias. En el caso de la primera instalación de ascensor en la comunidad, también puede haber ayudas específicas.
- Las empresas del sector de ascensores, mantenimiento y ascensoristas suelen contar con información muy actualizada sobre este tema.
- Existen también empresas que gestionan este tipo de subvenciones y ayudas a cambio de un porcentaje del importe total que consiguen. “Sus honorarios pueden oscilar entre el 3% y el 10% solo si la ayuda es concedida”, explica Ríos, si bien insiste en que suele tratarse de un procedimiento más tedioso que complicado.
Toma de decisión en la junta de propietarios
Reunidos en junta, los comuneros deben valorar la mejor opción de las propuestas con las que cuentan. Se debe tener en cuenta aspectos como:
- Muchas comunidades aprovechan el cambio de ascensor para hacer una instalación a cota cero, salvando una escalera o cualquier otra barrera arquitectónica.
- Se debe prestar atención a la cláusula de mantenimiento, que con un cambio de ascensor suele incluir acuerdo de tres o cinco años. “Sin un buen mantenimiento preventivo el ascensor dura menos”, recuerdan desde Orona, “y en muchas ocasiones la diferencia entre un buen servicio y uno normal es el precio de un café al mes por cada vecino”.
- Valora la eficiencia energética del ascensor. Un ascensor moderno puede implicar ahorros de hasta el 35% en la factura de energía con respecto a uno instalado en la década de los años 90. La iluminación LED y los detectores de presencia para iluminar la cabina solo cuando sea necesario, son también mejoras en esta área.
En definitiva, “si la comunidad no espera a que su ascensor falle y planifica, logrará un cambio mucho más satisfactorio y eficiente”, resume Ríos.