La energía es cara y contamina. Partiendo de esta premisa, la conclusión es obvia: la eficiencia energética es una necesidad tanto para el medio ambiente como para nuestro bolsillo. El objetivo es consumir menos y consumir mejor. Sin duda es posible, como demuestran los desarrollos tecnológicos que se han presentado, como cada año por estas fechas, en la Semana de la Eficiencia Energética.
Pero el ahorro en electricidad o gas no depende solo de los avances industriales. Hay muchas maneras de lograr que nuestro hogar no despilfarre. Es cuestión de pequeñas inversiones y de cambio de hábitos que harán disminuir de inmediato el importe de las facturas.
Te proponemos 10 medidas de eficiencia:
- ¿Cuánto ahorras eliminando el stand-by? Echa un vistazo al número de pequeñas lucecitas rojas, verdes o azules que indican que los aparatos (televisores, ordenadores, radios…) están listos para encenderse. Es un consumo silencioso e inútil que según la OCU significa un 10% de la electricidad que gastas al año. Para un consumo medio de 3.200 kWh/año, equivale a 52 euros.
- ¿Cómo hacer más eficientes los electrodomésticos? Compensa comprar aparatos con etiqueta energética A o superior, es decir, máxima eficiencia. Su mayor coste se amortiza con el ahorro de electricidad que proporcionan. Pero además, debemos saber cómo utilizarlos. Por ejemplo, evitando programas de alta temperatura en la lavadora o el lavavajillas: la OCU aconseja que se lave a menos de 60 oC el, lo que aportará un ahorro del 40%.
- ¿Qué bombillas consumen menos? Las lámparas LED llegan a reducir el gasto energético entre el 80% y el 90% en comparación con las incandescentes o las halógenas. Las lámparas de bajo consumo lo rebajan un 75%. Y ambas duran mucho más: 30 veces más que las incandescentes y 15 veces más que las halógenas.
- ¿Cuál es la mejor calefacción eléctrica? Las bombas de calor clase A son más rentables. Por cada kWh eléctrico consumido proporcionan tres o cuatro kW/h térmicos, mientras que los sistemas basados en resistencias internas (radiadores) proporcionan solo un kW/h.
- ¿Cuál es la caldera de gas más eficiente? Para la OCU no hay duda, las de condensación: gran rendimiento calórico y bajas emisiones de CO2. En todo caso, es esencial un buen mantenimiento de la caldera. Si quema mal, es decir, si no aprovecha todas las calorías se puede incrementar la factura un 15%.
- ¿Qué tipo de aparato de aire acondicionado me compensa instalar? Los de tecnología Inverter. Este sistema hace que el compresor comience a trabajar a su máxima capacidad, de manera que se alcanza antes la temperatura deseada. Además, permite seguir regulando la velocidad del compresor para mantener siempre la temperatura estable, sin picos que incrementen el gasto.
- ¿Cómo hay que regular la calefacción? La OCU recoge las recomendaciones de los expertos en climatización y aconseja mantener la temperatura durante el día entre 19 y 21°C y, por la noche, bajarla a entre 15 y 17°C. Por cada grado que subas, la calefacción gastará un 7% más.
- ¿Un termostato único o uno para cada estancia? Si queremos consumir solo lo que necesitamos, deberemos poder discriminar la temperatura en cada habitación. Ya hemos visto que no es lo mismo un dormitorio, que un salón o el cuarto de baño. Los radiadores con cabezal termostático controlan el calor de forma independiente, lo que llega a suponer un ahorro de 20 euros mensuales.
- ¿Merece la pena invertir en mejores cerramientos? Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), el 60% de la factura energética doméstica corresponde a la calefacción. De modo que si se despilfarra en esa partida, el coste eléctrico o de gas se multiplica. Por eso es preciso que la vivienda tenga ventanas aislantes, un buen sellado de puertas y marcos de ventanas, y que los muros exteriores cuenten con materiales que eviten la pérdida de calor.
- ¿Hasta qué punto puede ayudar la tecnología? La domótica y los sistemas de control energéticos a través de los dispositivos móviles prometen reducir el consumo de forma drástica. Con ellos podemos saber cuánto consumimos en todo momento y las principales fuentes de gasto, además de programar los sistemas según el uso que vayamos a hacer de ellos. Eficiencia total.
¿Los tienes anotados? Evita buscar excusas para ahorrar en energía este invierno.