Las peritaciones de viviendas permiten conocer el valor de mercado de un bien inmobiliario. Realizadas por un perito especializado en valoraciones inmobiliarias, proporcionan una información objetiva tanto a la persona que quiere vender la vivienda como a la persona que desea comprarla.
El mercado inmobiliario se caracteriza por estar en permanente evolución y, en ocasiones, las zonas en las que se asientan las viviendas se encuentran sometidas a un continuo cambio. Estas constantes fluctuaciones inmobiliarias hacen necesarias las peritaciones inmobiliarias que determinan el valor de cada inmueble en un momento concreto y determinado.
Una compraventa justa
Las peritaciones inmobiliarias ofrecen una información objetiva y rigurosa. De esta manera, cuando alguien está pensando en comprar una vivienda quiere pagar un precio justo por el inmueble y no más alto de lo que correspondería. De igual manera, el vendedor desea obtener una cantidad que al menos refleje el valor del bien inmueble, con el fin de no sufrir pérdidas.
El perito es el profesional indicado para establecer el valor de un bien inmobiliario que no solo satisfaga tanto a comprador como a vendedor, sino que sea justo para ambos en una decisión tan importante y arriesgada como es comprar o vender una vivienda.
Aspectos a tener en cuenta en la peritación
Las peritaciones inmobiliarias tienen que ser realizadas por un profesional con experiencia a la hora de ejercer de estas funciones, tanto si se trata de una vivienda unifamiliar como si está situada en un bloque de viviendas.
En este sentido, si el objetivo final de la valoración es comprar o vender una vivienda, el perito tendrá en cuenta diferentes aspectos con el fin de que la peritación inmobiliaria alcance un valor exacto. Cualquier detalle que afecte tanto al inmueble como al entorno en el que está situado puede alterar el valor del mismo.
Aspectos a tener en cuenta en las peritaciones
Algunas de las características que valorará el profesional serán las propias del inmueble, como los metros cuadrados y su distribución, la calidad de los materiales de construcción, la antigüedad del inmueble, la situación de la vivienda en el edifico y las rehabilitaciones a las que ha sido sometida.
Otros aspectos tienen que ver con el entorno. Así, se valorará la ubicación, la oferta y demanda de la zona, si está bien comunicada o tiene transporte público en sus alrededores, o si el entorno posee equipamientos básicos orientados a la educación, el ocio o la sanidad, entre otros. El hecho de que haya parques y zonas verdes, hospitales o centros de salud, colegios, supermercados, centros culturales o comercios también puede influir.
Diferencia entre valoración y tasación
Una valoración inmobiliaria no es lo mismo que una tasación. Aunque ambas están realizadas por un perito especializado, la tasación es la fijación de un valor para una compraventa oficial. Por ello, la tasación tendrá en cuenta no solo los aspectos específicos de la vivienda, sino también otros contextuales que pueden alterar su valor.
Además, la tasación, como valoración inmobiliaria oficial, se necesita para solicitar una hipoteca. El tasador emitirá un documento con la estimación del precio de la vivienda y será encargado de acreditar que la vivienda tiene ese valor real en el mercado. El banco concederá el préstamo en relación al valor real de la vivienda. Si el precio de compra es superior al valor de la tasación, la cuantía será menor.
Métodos para valorar un inmueble
La tasación inmobiliaria está regulada bajo la orden ECO/805/2003 sobre normas de valoración de bienes inmuebles. Existen diferentes métodos que se emplean para valorar un inmueble, aunque uno de los más empleados es el de comparación.
Esta fórmula consiste en comparar viviendas con un valor conocido que poseen características similares a las del bien inmueble cuyo precio de mercado se quiere establecer. Para ello es necesario que exista un mercado representativo de viviendas comparables y que se dispongan de suficientes datos de transacciones que permitan realizar la comparación.