Actualmente no hay una preocupación excesiva por la calidad fotográfica en el mundo inmobiliario español, si bien encontramos excepciones en el alto standing y la obra nueva. Hasta hace poco nadie se preocupaba por mejorar la imagen de los inmuebles, no se aplicaban las técnicas home staging ni se utilizaba el recurso de la fotografía profesional. Las viviendas se comercializaban sin problemas y profesionalizarse en el ámbitos como el fotográfico no era relevante.
En la actualidad, diferenciarse es más necesario que nunca y empieza a haber un interés creciente por mejorar las fotografías. Los que ya lo han probado saben que funciona; hacer buenas fotos consigue más clics en los anuncios, lo que se traduce en visitas si el producto está a buen precio. Y, la mayoría de las personas que lo prueban llegan a la conclusión de que mereció la pena la inversión. Este es el caso de Coaching Habitat, Alquiler Shop: “Hacer pequeñas intervenciones de home staging en los inmuebles de mi cartera y mejorar las fotos me ayuda a conseguir más visitas” comentan.
Los propietarios saben que vender no es fácil y a veces se sienten perdidos respecto a qué inmobiliaria elegir para que comercialice su propiedad. Es en estos casos donde el valor añadido de utilizar fotografías de calidad y profesionales puede ayudarle a decantarse. No es necesario que las agencias inmobiliarias cuenten con un profesional de máxima categoría, sólo se necesita una persona con buen conocimiento de la fotografía, una cámara que aporte más posibilidades, como una réflex, un trípode y un objetivo gran angular.
Las inmobiliarias tienen diversas formas de ofrecer este servicio. Si se trata de una contratación externa, la empresa decide si el gasto corre por su cuenta, especialmente si tiene la venta en exclusiva de esa propiedad, o si es un servicio que ofrece al cliente como un gasto asociado, que éste libremente contratará o no. Pero que “en un medio tan visual como internet, unas buenas fotos ayudan a que nuestros inmuebles tengan más visitas y más oportunidades de venta”, como afirma Carlos Torrico de la empresa inmobiliaria Promoges en Barcelona.
La fotografía profesional de inmuebles no es fácil, requiere de tiempo y habilidad en el manejo de la cámara y el revelado digital, además de sensibilidad estética. Para los que quieran iniciarse en el apasionante mundo de la fotografía profesional inmobiliaria, les recomiendo que compren una cámara réflex digital que haga archivos raw (archivo digital de máxima calidad, que permite darle brillo y definición a la imagen); un trípode, que estabiliza la imagen y permite hacer fotografías a velocidades lentas; y un objetivo gran angular (10-24mm por ejemplo) que tiene una abertura mayor a la convencional, lo que permite que se describan mejor los espacios.
No es necesario gastar una fortuna en el equipo, al contrario, la publicación web no requiere de grandes inversiones ya que no se necesita mucha calidad. Con lo más básico sobra; incluso es muy común buscar este tipo de equipos en tiendas de segunda mano que ofrezcan garantías por los productos.
Antes de hacer las fotos, la casa debe «ponerse guapa», lo que ya hemos denominado como home staging. A la hora de tomar la imagen es importante que se vean bien los espacios. Para ello, es esencial dejar los mínimos muebles posibles. Además, conviene cubrir ventanas y camas con cortinas y colchas claras y neutras a fin de que gusten a todo el mundo y dejen pasar la máxima luz posible.
Las fotografías deben ser variadas. El reportaje fotográfico ideal tendrá que tener imágenes de todos los espacios interiores, de los detalles (grifos, pomos, pavimento, azulejos, etc), la fachada y los exteriores cercanos. En general es importante que los espacios aparezcan con luz de día, aunque algunas estancias especiales como las terrazas ganan también con la luz del atardecer a la noche. La fotografía profesional ofrece un valor añadido a la exposición de los inmuebles y cada vez son más los interesados en contratar este servicio para vender sus viviendas.