Junto a las grandes esculturas de la capital conviven otras menos vistosas pero que juntas conforman la escultura pública madrileña narrando su historia y mostrando su esencia.
Las calles de Madrid están pobladas de seres inmóviles, contempladores impasibles de la vida que circula cada día junto a sus pedestales. Algunos son formidables en sus dimensiones; otros son tan modestos que a menudo pasan desapercibidos para quienes se topan con ellos. Pero todos ayudan a mirar la ciudad de otra manera.
Por eso merece la pena trazar un recorrido a través de la escultura pública capitalina menos conocida para el visitante, pero muy castiza para sus vecinos.
Día y Noche (2002)
Autor: Antonio López
Ubicación: acceso al AVE en la estación de Atocha
El artista se inspiró en su nieta Carmen, cuando tenía seis meses de edad, para esculpir estos dos rostros rollizos, uno con los ojos abiertos y el otro con ellos cerrados, que simbolizan el paso del tiempo, del día a la noche.
El Barrendero (2001)
Autor: Félix Hernando
Ubicación: plaza de Jacinto Benavente
Un homenaje en bronce a quienes ayudan a mantener la ciudad limpia. El modelo parte de una imagen tomada en 1960 de un barrendero del ayuntamiento y se ha convertido en una de las estatuas más fotografiadas de la capital.
Julia (2018)
Autor: Jaume Plensa
Ubicación: plaza de Colón
El escultor imaginó la cara de una mujer, cubierto de polvo blanco de mármol, como el mascarón de proa de un barco que emerge de la gran plaza. Julia tiene 12 metros de alto y un perfil enjuto y sereno que mira de reojo a la Biblioteca Nacional.
El Vecino Curioso (1999)
Autor: Salvador Fernández Oliva
Ubicación: confluencia de calle Mayor con calle de la Almudena
Es habitual contemplar a paseantes jubilados observando cómo la ciudad cambia a través de una pequeña obra o de un gran proyecto. Este vecino les representa. La figura se apoya en una barandilla para mirar con detenimiento los restos de la iglesia de Santa María de la Almudena.
Mujer con espejo (1994)
Autor: Fernando Botero
Ubicación: acceso a la calle Génova desde la plaza de Colón
El éxito que tuvo entre los madrileños una exposición al aire libre de sus “gordas”, como llamaba el artista a sus voluptuosas esculturas, propició que regalara una de ellas a la ciudad. La coquetería provocadora de la Mujer del Espejo contrasta con el hierático gesto de Julia, a la que mira desde el otro lado de la plaza.
Un pintor para el Prado (1991)
Autor: Julio López
Ubicación: jardines del Museo del Prado
Retrato en bronce de Joseph Mallor William Turner, el gran maestro paisajista británico, pertrechado con todo su material artístico, observando el edificio del Mueso del Prado como si fuera a ser parte de su siguiente obra. Tal vez imaginando colgarla después en las paredes del mismo museo.
Cabeza olmeca (2005)
Autor: desconocido
Ubicación: Ensanche de Vallecas
México donó a Madrid esta pirámide precolombina coronada por la réplica de una de las cabezas olmecas que se conservan en el Museo de Antropología de Veracruz. La escultura pesa 5,5 toneladas y mide más de dos metros de altura. Es la principal referencia de escultura pública de uno de los barrios más jóvenes de la ciudad.
Tras Julia (2003)
Autor: Antonio Santín
Ubicación: calle del Pez esquina con la calle San Bernardo
Un homenaje a la escritora y jurista Concepción Arenal, que en 1840 se disfrazó de hombre para poder asistir a la facultad de Derecho. La figura de una joven, con un par de libros en la mano, se apoya sobre la pared del Palacio Bauer, que albergó en su día la Universidad Central de Madrid, hoy sede de la Escuela Superior de Canto.
El Dolmen de Dalí (1986)
Autor: Salvador Dalí
Ubicación: plaza de Salvador Dalí
Fue construido siguiendo las directrices del genio de Cadaqués. Se inspiró en la figura de Isaac Newton para diseñar una escultura, de 13,13 metros de altura, protegida por tres bloques de granito, que es una representación de su Ley de la Gravedad.
Dos niños leyendo (1984)
Autor: Manuel García Buciños
Ubicación: Paseo de Recoletos, frente a la Biblioteca Nacional
Esta invitación a la lectura, en especial para los más jóvenes, recibe al visitante de una de las más importantes bibliotecas del mundo. Junto a las figuras de los niños, esta inscripción: “Los libreros españoles, al libro y sus creadores”.
Como se puede ver, son múltiples las muestras de escultura pública que existen en Madrid y que además de adornar la ciudad sirven para rendir tributo a personajes ilustres, a personas que contribuyen día a día a mejorar la ciudad o bien que son un reflejo de los madrileños. ¿A qué esperas a conocer la maravillosa obra escultórica de Madrid? ¡Disfrútala!