Dubái despierta al fin de una dura travesía por el desierto de la crisis y la desinversión que se inició en 2009, las cifras lo confirman. Según Knight Frank, una de las principales consultoras inmobiliarias del mundo, en 2013 el emirato registró la mayor tasa de crecimiento de los grandes mercados inmobiliarios.
Las inversiones se han centrado en las propiedades residenciales, pero también ha aumentado muy significativamente la compra-venta de locales comerciales. Sin embargo, los precios aún permanecen un 25% por debajo de los picos que alcanzaron en el periodo 2002-2008.
Aquellos seis años fueron una locura: los precios de los inmuebles se cuadruplicaron porque se permitió por primera vez la inversión extranjera en el sector y llegó con fuerza mucho dinero en busca de una rápida rentabilidad. La demanda interna era altísima y los negocios inmobiliarios proliferaron.
Dubái, uno de los siete emiratos (ciudades-estado) que conforman Emiratos Árabes Unidos (EAU), no basa su economía en el petróleo, como han hecho sus vecinos, sino en el comercio, las finanzas, el turismo y la construcción. Y ésta última, era el mejor síntoma de una época dorada de crecimiento incontrolado.
Solo así se explica que en este pequeño territorio de 4.000 kilómetros cuadrados y dos millones de habitantes, llegaran a estar trabajando al mismo tiempo 30.000 grúas de construcción, casi la cuarta parte del total mundial, según los datos de las propias autoridades del emirato.
Cambio de tendencia y crecimiento controlado
La crisis internacional acabó con el cuento de hadas y obligó a iniciar una restructuración que abarcó a todos los sectores. El objetivo era volver a crecer a partir de planes financieros realistas, adaptándose a la demanda no especulativa y atrayendo de nuevo a una inversión extranjera que se había retraído casi totalmente.
Y ha tenido éxito antes de lo esperado. “Hay indicios de que el mercado ha aprendido de errores del pasado y las promotoras reparten sus proyectos en plazos de tiempo mucho más amplios y basan sus decisiones en bases financieras mucho más sólidas –asegura Fadi Mousalli, responsable de Oriente Medio y el Norte de África de la asesora inmobiliaria Jones Lang LaSalle (JLL)–. La mentalidad de construir y luego esperar a que lleguen las inversiones parece haber desaparecido. Tanto inversores como promotoras están adoptando una estrategia mucho más cauta”.
Cauta y efectiva, porque en todo Emiratos Árabes Unidos las inversiones en el sector de la vivienda crecieron nada menos que un 97% durante 2013, según datos de la agencia inmobiliaria Cushman and Wakefield. En ese notable cambio de tendencia también ha tenido que ver la designación de Dubái como sede de la Exposición Universal de 2020, que generará una inyección económica que el Gobierno estima en unos 40.000 millones de dólares.
Todas estas buenas perspectivas demandan al mismo tiempo nuevos empleos. Se van a necesitar 500.000 trabajadores de cara a 2015, de acuerdo con el estudio de planificación de la fuerza laboral encargado por Dubai International City Academic (DIAC) a la consultora Deloitte. Los puestos más demandados serán expertos en gestión de proyectos de construcción, ingeniería de diseño e ingeniería civil, y especialistas en salud y seguridad. No hay duda de que Dubái, de nuevo, es un gran motor económico.
Imagen @Joi, distribuída con licencia Creative Commons BY-2.0