El mercado laboral está cambiando a gran velocidad y muchas compañías están planteándose las ventajas que supone contratar a profesionales para cubrir una necesidad puntual en lugar de establecer una relación laboral a largo plazo. Es lo que se conoce como la gig economy y cada vez hay más personas que optan por este tipo de trabajo. ¿Quieres conocer más detalles?
Hablamos de contratar un servicio
Pongamos como ejemplo que una compañía necesita traducir un informe de resultados. Años atrás, el director de recursos humanos hubiera hecho un largo proceso de selección para contratar al mejor traductor. ¿Y cuánto tiempo le hubiera llevado eso? Quizá un par de meses. Siguiendo el modelo de la gig economy, lo que esa misma empresa haría hoy es buscar quién puede realizar ese servicio con mayor agilidad, prescindiendo de largos y arduos procesos de contratación. Ese es el gran cambio que aporta este tipo de empleabilidad: ya no se habla de buscar a un profesional, sino de pagar por un servicio que dé respuesta a una necesidad laboral. En otras palabras, es lo que conocemos como la “economía de los pequeños encargos”.
Las ventajas son innumerables
En un entorno cada vez más digital, muchos profesionales se unen a esta manera de trabajar por la flexibilidad que supone. De hecho, muchas personas pueden dar servicio desde casa, como por ejemplo periodistas, traductores, responsables de comunicación, diseñadores…, o incluso pueden compatibilizarlo con otro tipo de trabajos como freelance, como fotógrafos, cocineros, conductores de coches, etc.
Para las empresas, también son muchos los beneficios que la gig economy les aporta, por ejemplo la agilidad en la contratación al evitar procesos largos, la reducción de los costes al pagar por un servicio en concreto con una durabilidad determinada y la flexibilidad que a las compañías les supone no tener que firmar un contrato indefinido para satisfacer una necesidad.
¿Quién es el mediador?
Las plataformas digitales se convierten aquí en un comodín importante. Ellas son quienes ponen en contacto a los clientes con los profesionales, llevándose gran parte del pastel. Las altas comisiones por realizar esta función de mediador van en detrimento de los trabajadores, a lo que se suma que a veces es difícil preveer el trabajo que se tendrá en el mes con antelación, y eso hace que la inestabilidad sea el mayor inconveniente.
Sé el mejor en lo tuyo
¿Se te da bien diseñar logos? ¿Lo que te gusta es sacar perros a pasear? No importa a qué te dediques, lo importante es ser bueno y hacerlo bien porque con la gig economy se establece un nuevo modelo laboral y nuevas oportunidades a las que hay que estar alerta. Tan solo tienes que registrarte en la plataforma de servicios que ofrezcas y esperar a que te contacten. Tus clientes podrán puntuar tu trabajo y así otras empresas podrán ver tus recomendaciones y valoraciones. Así de sencillo.
Las empresas y la sociedad se están adaptando a este modelo de economía colaborativa y a tener cada vez más presente la figura del freelance y el autónomo entre sus plantillas. Hay que aprovechar las oportunidades y especializarse en aquello que sabemos hacer bien para que el motor de la economía siga funcionando.