En los últimos meses se han publicado informaciones donde se habla de la rentabilidad de los inmuebles pero no se especifica, en la mayoría de los casos, si se está analizando la rentabilidad bruta, neta o ajustada a riesgo de dicha inversión. Un matiz que es clave para poder conocer el rendimiento real de tu inversión.
Cuando se habla de rentabilidad bruta se hace referencia al ingreso anual entre la inversión total que se ha hecho para adquirir el inmueble. Es decir, si tú has comprado un local comercial por 150.000 € e ingresas anualmente, gracias a un alquiler mensual de mil euros, 12.000 €, podrías asegurar que tu rentabilidad bruta anual sería del 8%.
Pero tú sabes que este tipo de inmuebles llevan consigo unos gastos asociados y repercutibles como pueden ser, impuestos, gastos de comunidad, derramas, seguros y gastos de gestión. Si ponemos como ejemplo hipotético unos gastos fijos anuales de 2.500 €, tu rentabilidad neta de este local comercial disminuirá hasta el 6,3%.
Por último, si quieres estar totalmente seguro de la rentabilidad de un inmueble que te interesa, no debes olvidar otros factores influyentes como la variación de precios o, simplemente, tener en cuenta el tiempo que puedes tardar en tener el inmueble alquilado. Será en este caso cuando se esté analizando la rentabilidad asociada a riesgo. Es decir, si tú tardas en tener alquilado el inmueble seis meses, el ingreso anual se reducirá a 6.000€ y hablaríamos de una rentabilidad ajustada a riesgo de un 2,3%.
En definitiva, si tú estás considerando la opción de invertir en un inmueble y quieres calcular la rentabilidad de éste, debes tener en cuenta la inversión inicial, los gastos repercutibles, la variación de precios y la probabilidad de alquiler. De esta manera, podrás estar seguro de que estás apoyando tu decisión en una rentabilidad lo más ajustada a la realidad posible.