Preferimos vivir acompañados y, en general, estamos bastante satisfechos con nuestra casa. Estos son las dos conclusiones más importantes sacadas del informe Los españoles y su relación con la vivienda 2013, elaborado por Fotocasa.es, donde se presentan algunos datos que muestran la relación emocional con el hogar. De todas las conclusiones, una destaca sobre las demás: nada nos caracteriza tanto como el deseo de ser propietarios.
El 60% de los miles de encuestados con quienes se ha elaborado el estudio asegura tener a su nombre el piso donde reside; el 16,9% todavía vive con sus padres a la espera de tener recursos para independizarse y sólo el 19,3% está en régimen de alquiler. Esta última cifra resulta más significativa si la comparamos con los países de nuestro entorno: en la Unión Europea, alquila un 30% de la población de media; en Alemania se llega al 50%.
Existen circunstancias económicas que podrían explicar en parte este fenómeno. El informe asegura que el 55% de los propietarios mayores de 30 años compraron su casa después de 2001, aprovechando la mayor capacidad de financiación para acceder a la vivienda. Sin embargo, la principal razón es cultural: los españoles hemos aprendido que la inversión en vivienda es rentable, que es un seguro y un legado, y que nuestros vínculos sentimentales con el lugar donde vivimos se refuerzan si sabemos que es nuestro y de nuestra familia.
“Es una seña de identidad del mercado inmobiliario español: si se puede, se compra, y si no hay más remedio, se alquila –afirma Eugenio Sandoval, agente inmobiliario–. Yo mismo he escuchado desde pequeño que uno no es nadie si no tiene algo suyo y estable. Aunque también se nota que la situación ha cambiado en torno a esta idea. O quizá no haya cambiado, pero ha hecho que la gente sea más realista o prudente”.
¿Un cambio de tendencia?
El estudio confirma lo que dice el experto: en el anterior informe de Fotocasa, de 2011, el 84% de los encuestados reconocía que prefería vivir en propiedad y solo un 4% optaba por el alquiler. Hoy el porcentaje es del 71,8 % frente a un 11,8 %. La diferencia sigue siendo muy apreciable, pero las distancias se acortan.
También sucede cuando se les pregunta si el alquiler se consolida como una alternativa a la compra (76% actual frente al 64% de 2011); si con el actual nivel de precios sale más a cuenta ser inquilino (45% actual frente al 38% de 2011); si la meta de los jóvenes es adquirir una vivienda (53% actual frente al 60% de 2011); o si alquilar es tirar el dinero (41% actual frente al 54% hace dos años).
Quizá estos datos apuntan a un cambio cultural que llega con las nuevas generaciones, aunque no afecta a todos los aspectos de la vivienda. Por ejemplo, nuestro carácter y la dificultad de afrontar el coste de una casa nos impulsa a vivir sobre todo acompañados: en cada domicilio hay una media de tres personas. Nada más que un 8% vive solo.
Pero lo más importante es que nos sentimos cómodos con nuestro hogar: le damos una nota media de 7,5 sobre 10. Más de la mitad de los encuestados, incluso eleva su satisfacción por encima de 8. Aún así, muchos están dispuestos al cambio. En concreto, el 25% declara su intención de mudarse a corto o medio plazo. La mayoría de ellos lo haría para ganar espacio (23,7%); les siguen los que quieren independizarse con un 14,7% y los que buscarían una zona mejor, el 13,1%.
Por fortuna para ellos, el mercado inmobiliario está un momento algo mejor para hacerlo: precios bajos, muchas oportunidades y cada vez mayores posibilidades de financiación.