En un momento en el que la concienciación medioambiental y la búsqueda de fuentes de energía sostenibles conviven con la necesidad de ahorrar en los consumos domésticos, la geotermia tiene mucho que aportar. Renovable, inagotable, eficiente, limpia y segura, la energía geotérmica es aún una gran desconocida.

En qué consiste. La energía geotérmica, almacenada bajo la superficie terrestre, se puede utilizar en sistemas de calefacción y refrigeración así como en la producción de agua caliente sanitaria. “El suelo permanentemente recibe el calor, que se almacena en el subsuelo a una temperatura constante, de donde se puede extraer mediante una instalación adecuada, lo que hace que la energía geotérmica sea renovable e inagotable”, dice Juan Manuel Rodríguez, director comercial de soluciones de edificación e infraestructura de Rehau, firma fabricante de equipos para este tipo de instalaciones.

“La geotermia fue empleada ya por los hombres primitivos al hacer de las cuevas su hábitat, ya que de este modo se aprovechaban de la estabilidad térmica que les aportaba la tierra”, añade Juan Manuel, consciente de la dificultad que implica explicar este tipo de energía poco conocida y que empezó a emplearse solo tras la primera crisis del petróleo, aunque no oculta que los sistemas actuales son “algo más complejos de cara a garantizar una estabilidad de rendimiento en sus usos como fuente de climatización y agua caliente sanitaria”.

Qué sistemas requiere su instalación.  A grandes rasgos, el aprovechamiento de la energía geotérmica a nivel residencial requiere el uso de sistemas de captación del calor existente en el terreno, bombas de calor que lo impulsen a la vivienda y un sistema de emisión situado en el interior del edificio o vivienda. “En España, la energía geotérmica está disponible a partir de una profundidad de 1,5 m”, asegura al respecto Juan Manuel Rodríguez, quien explica que por ello el sistema de captación consta de sondas y colectores de diferentes tipos, en función del terreno y el espacio disponible”.

Por su parte, María Rodríguez, responsable de comunicación de Vaillant, nos cuenta el funcionamiento de la bomba que requiere este sistema: “Las bombas de calor geotérmicas aprovechan la temperatura estable del terreno para proporcionar calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente durante todo el año con los máximos niveles de eficiencia”, explica. “La bomba de calor puede hacer uso de la energía que proviene de la tierra de diferentes maneras, aunque en todas ellas se utiliza el calor cercano a la superficie, donde la temperatura es casi uniforme durante todo el año”. Espacio creado por MONEO BROCK – Inspírate con fotos de patios contemporáneos

El tercer elemento sería el sistema de calefacción y refrigeración instalado en el interior de la vivienda. Aunque las bombas de calor geotérmicas son compatibles con cualquier tipo de instalación, desde Rehau Juan Manuel Rodríguez aconseja su uso “con sistemas de suelo o techo radiantes, con los que se consigue la mayor eficiencia energética o, en segundo lugar, con radiadores de baja temperatura”. Con un sistema de radiadores convencional de alta temperatura, advierte, “la inversión necesaria para una instalación de este tipo puede no resultar en el nivel de ahorro previsto”, uno de los principales atractivos de la geotermia.

Ahorro energético. Puesto que no hay que generar calor quemando combustible o a través de una resistencia, este sistema de climatización multiplica la potencia que ofrece en relación a la que consume. María Rodríguez lo explica así: “El rendimiento de las bombas de calor se mide con una cifra denominada COP o coeficiente de rendimiento (coefficient of performance), que es el resultado de dividir la potencia suministrada entre la ofrecida. Aunque la lógica establece que ese número será como máximo 1 (un kilovatio hora eléctrico será igual a un kilovatio hora térmico), dependiendo del modelo y las condiciones ambientales, el COP de las bombas de calor varía entre 2 y 5. Haciendo los cálculos equivalentes, el COP de una caldera de gas ronda el 0,9 y el de un radiador eléctrico, el 1“.

“En geotermia, el COP más habitual es de 4,5. Esto quiere decir que para producir 10 kilovatios térmicos se consumen unos 2,2 kilovatios eléctricos, mientras que los 8,8 restantes se buscan en la tierra”, puntualiza Juan Manuel Rodríguez, quien ejemplifica estos datos de forma muy gráfica: “Para hacernos una idea, una bomba de calor de 10 kilovatios puede abastecer la demanda de calefación y agua caliente sanitaria de una vivienda de unos 200 metros cuadrados por el consumo equivalente a un secador de pelo y por menos del consumo de una vitrocerámica”.

El resultado es que “una instalación geotérmica puede ofrecer ahorros de entre el 70 y el 80 % en consumos energéticos, en comparación con otros sistemas como los de gas o gasóleo, los más habituales”, resume Juan Manuel, quien añade, a modo de ejemplo, el caso de un bloque de pisos de 80 metros cuadrados en Pontevedra con instalación geotérmica cuyos consumos de calefacción y agua caliente sanitaria son de entre 35 y 55 €/mes por vivienda”.

¿Cuánto cuesta? Aunque el precio final de una instalación geotérmica depende mucho del tipo de terreno –y, por tanto, de los costes de perforación del subsuelo– así como del nivel de aislamiento de la edificación que se va a climatizar –si está mal aislada, la bomba de calor necesaria será más grande y, por tanto, más cara–, desde Rehau sitúan “entre los 18.000 y los 20.000 € la inversión necesaria que habría que hacer para una vivienda de entre 150 y 200 metros cuadrados bien aislada, una cifra que se puede reducir hasta los 12.000-13.000 € en el caso de instalar el sistema durante la construcción de la misma”. Si bien estas cifras, a las que hay que añadir el sistema de calefacción que se elija, pueden parecer elevadas, Juan Manuel Rodríguez asegura que “pueden amortizarse en un plazo de entre 5 y 7 años, dado el importante ahorro en el consumo que se consigue”.

A esto último ayuda el hecho de que en muchas comunidades existen subvenciones a la instalación geotérmica, que ayudan a reducir el retorno de la inversión a los propietarios fomentando un entorno más verde, limpio e inocuo, lo que resulta un incentivo más en un momento en el que está tan presente el llamado peaje eléctrico. “El principal consumo de la geotermia es doméstico y, además, no es un equipo que produce electricidad, por lo que está exenta de este peaje que se aplica a equipos de producción eléctrica, como los paneles solares”, puntualiza Juan Manuel. La instalación de un sistema geotérmico permite, por otro lado, la eliminación total de los paneles solares térmicos.

En cualquier vivienda? En proyectos de obra nueva es posible realizar una instalación geotérmica que abastezca incluso edificios de viviendas múltiples. Sin embargo, cuando se va a introducir este sistema al hacer una reforma, su instalación se limita, prácticamente, a viviendas unifamiliares. “Se puede instalar geotermia en cualquier casa: basta con un espacio mínimo para hacer la perforación –un garaje de unos 3 ó 4 metros cuadrados sería suficiente–. En proyectos de nueva edificación se puede realizar incluso debajo del edificio”, asegura Juan Manuel Rodríguez.

Los elementos que requiere su instalación ocupan un espacio más pequeño que, por ejemplo, una de gasóleo, ya que no son necesarios depósitos para almacenar combustible. La responsable de comunicación de Vaillant nos resume cuáles son los elementos más habituales que requiere este sistema:

• Bomba de calor geotérmica, ubicada en el exterior de la vivienda.
• Depósito interacumulador de agua caliente sanitaria.
• Módulo hidráulico, que incluye la regulación de la bomba de calor, vaso de expansión y válvula de tres vías que desvía el calor a la calefacción o al agua caliente del acumulador.
• Centralita de control eficiente de la instalación.