Los españoles no sabemos ahorrar. Así lo determina un estudio realizado por Finanbest, donde también se analizan las estrategias de inversión nacionales más comunes. Reino Unido, Francia, Alemania e Italia nos llevan la delantera asumiendo riesgos a los que el inversor español parece no estar preparado.
Un perfil más conservador
La inversión en inmuebles gana por goleada entre los españoles. El 80,4% tiene un piso en propiedad valorado en unos 124.200 euros y el 40% goza de una segunda casa por valor de 80.200 euros. Lo bueno es que son muy pocos los ciudadanos que arrastran una hipoteca: según el INE en diciembre de 2018 se contabilizaron 20.933 hipotecas con un importe medio de 126.394 €, mientras que en la Unión Europea la media de familias con una carga hipotecaria rondaba el 42%.
La cuestión es sencilla: los hogares españoles tienen un patrimonio valorado en unos 158.500 euros de media, básicamente atribuidos a inmuebles, que es su principal componente de riqueza. Pero no es el único activo: los planes de pensiones, los seguros, las acciones y los depósitos son los otros productos financieros que más suelen contratar, aun recibiendo una baja rentabilidad por los tipos de interés que actualmente ofrecen las entidades financieras.
Sin embargo, mientras que los españoles se manifiestan como conservadores e incapaces de asumir riesgos fuertes, los alemanes, italianos e ingleses aseguran sentirse cómodos manejando productos de inversión como los fondos. Por ejemplo, en Reino Unido el 13% de los ciudadanos tiene fondos de inversión, en Francia el 12% y en Alemania e Italia el 22%, cifras que se mantienen lejos del 10% de los españoles.
¿Por qué no ahorran las familias españolas?
El nivel de gastos que se produce en los hogares es similar y a veces incluso superior a los ingresos, lo que hace que ahorrar sea difícil. También se trata de una cuestión cultural: al no tener una formación financiera adecuada, los españoles no perciben las ventajas del ahorro como sí lo hacen los colegas europeos, a pesar de que les preocupe la edad de la jubilación.
Sin embargo, según el I Estudio sobre la Evolución del Ahorro de las Familias Españolas de la consultora Finanbest, las personas con mayor renta y conocimientos financieros invierten más en fondos que en acciones, siendo la cuantía también superior (39,300 € saldo medio invertido en fondos frente a los 11.200 € de saldo medio invertido en acciones). Son datos de 2017.
EEUU, un mercado del que aprender
Si ponemos foco en EEUU, veremos que la manera en la que los americanos distribuyen su dinero y planifican su estrategia de inversión es muy diferente a la española: el 42% de las familias americanas invierte en fondos y hasta el 32% en acciones, unas cifras muy alejadas de las españolas. Probablemente esto se deba a dos motivos: uno de ellos es la variedad de oferentes y demandantes de fondos en los mercados estadounidenses frente a la entidad financiera, prácticamente el único lugar al que acude el inversor nacional para contratar un depósito.
La segunda gran razón es la cultura financiera, que sitúa a España muy por debajo de la media europea y aún más lejos de la americana. Solo el 21% de los españoles con formación responde correctamente a preguntas financieras y la mayoría de los inversores acuden a un asesor profesional porque no saben qué productos son los más adecuados ni en qué momento deben invertir. Sin embargo, las consecuencias de esta falta de conocimiento son perfectamente tangibles cuando se analizan las reacciones de inversión. Por ejemplo, el comportamiento del ahorrador español es invertir cuando el mercado ha subido y desinvertir cuando este ha bajado, de tal forma que se produce una clara destrucción del patrimonio, o traspaso el dinero a un producto más conservador para no asumir riesgos. Y eso no significa otra cosa que obtener una rentabilidad cero e incluso a veces, negativa.