Los más de 800 kilómetros de costa hacen de Cataluña uno de los destinos estrella para disfrutar del sol y el mar. ¿Quieres descubrir alguna de sus mejores playas? Aquí os dejamos algunos de los rincones donde podrás perderte este verano.
Tarragona: una playa para cada persona
La costa de la provincia de Tarragona es uno de los destinos preferidos para quienes buscan un mar tranquilo, playas kilométricas de arena suave y atractivos turísticos. Pero también tiene playas vírgenes que sorprenderán a quienes se acerquen a ellas.
Una de ellas es la playa del Fangar, una extensa lengua de arena de aspecto semidesértico que cierra por el norte el Delta del Ebro.
La playa Xelín, en l’Ametlla de Mar, es un paraíso para las personas amantes del buceo gracias a los tesoros que guarda bajos sus aguas. Si nos sumergimos en ellas veremos colonias de posidonias, arrecifes y formaciones rocosas.
En la capital tarraconense también podemos encontrar algunas de las mejores playas de Cataluña: aunque la Playa Larga es la preferida por las familias, a pocos kilómetros se encuentra la Cala Fonda o playa Waikiki, una playa completamente virgen situada en medio del bosque de la Marquesa, lo que nos ofrece la sensación de estar en un lugar único.
Pequeños rincones donde perderse en la Costa Brava
Pero si lo que quieres es encontrar rincones mágicos que te dejen con la boca abierta, tu destino es la Costa Brava. A poco menos de hora y media en coche desde los principales núcleos del área metropolitana de Barcelona como Terrassa, Sabadell o Rubí, tenemos 240 kilómetros de litoral en los que todavía se conservan pequeñas calas de agua cristalina a salvo de la sobreexplotación turística.
Podemos encontrar calas escondidas en las que, por un instante, nos transportamos al mismo paraíso. Os recomendamos la cala Xelida en Tamariu, la cala Bona en Tossa de Mar o la cala Treumal en Blanes, en estos pequeños rincones de la Costa Brava podremos desconectar y sentir la naturaleza a flor de piel.
A las playas menos transitadas se unen orillas más conocidas, como la de Cadaqués, Roses, Empuries o las playas de Sa Tuna y Aiguablava en Begur.
Pero si tienes ganas de presenciar un momento único, no debes perderte la oportunidad de vivir un atardecer en el cabo de Creus. El punto más oriental de la Península es un lugar lleno de magia, cuyas rocas negras de formas inimaginables ofrecen un paraje singular en el que despedir la luz del sol de verano.
Ir a la playa sin coche también es posible en Barcelona
Si no tenemos coche también tenemos otras opciones para huir de las masificaciones de sombrillas y poder disfrutar de la tranquilidad de las playas más recónditas.
Con tan solo un billete de tren en Cercanías desde Barcelona, podemos acceder a cinco playas situadas en entornos únicos que van desde pequeños pueblos de antiguos pescadores a playas de época romana.
Os proponemos cinco playas donde podéis pasar las horas y descansar: Les casetes del Garraf, una playa de apenas 380 metros de arena fina al lado de un pequeño pueblo pesquero; la playa de Sant Simó con más de 1 kilómetro de longitud situada en la zona norte de Mataró; la playa de Morer (Sant Pol de Mar) paralela a la vía del tren y a las ruinas romanas; y por último, las playas de Sitges donde podemos encontrar bahías escondidas donde practicar nudismo como la cala de l’Home Mort, o la playa familiar de Sant Sebastià, cuyo casco antiguo al fondo nos hará disfrutar de una panorámica única.