¿Quién no siente al ver el Golden Gate que es como un viejo amigo? Esta “puerta dorada”, el puente colgante más famoso del mundo, está en San Francisco y por él hemos cruzado, conducido o visto cómo la muerte nos acechaba en forma de catástrofe por ser el protagonista en multitud de películas.
Construido entre 1933 y 1937, con una longitud aproximada de 1.280 metros, esta maravilla arquitectónica está suspendida de dos torres de 227 metros de altura y encierra una calzada de seis carriles por los que circulan, en un día normal, más de 100.000 vehículos. Joseph Strauss fue el ingeniero que analizó el abundante tráfico marítimo de la zona para cruzar la bahía y convenció a las autoridades de que la única forma de poner solución sería construyendo este puente.
El Golden Gate, uno de los puentes más altos y largos del mundo, le ha servido de escapatoria al agente secreto más famoso de la historia del cine, James Bond, y ha sido sobrevolado por Superman, en su lucha por salvar a la Humanidad. Son tantas las películas en las que aparece que casi podríamos considerarlo una estrella más del celuloide. Como sucede en Vértigo, donde el protagonista Scotty persigue a Madeline tras su visita al museo hasta llegar a los pies del monumento o en Harry, el Sucio, en la que el puente es el decorado perfecto para las persecuciones protagonizas por Clint Eastwood.
Aunque el Golden Gate no es el único puente de película. Muchos incluso han tenido tal protagonismo en estas historias filmadas que hasta le han dado su nombre.
¿Recordáis la romántica Los Puentes de Madison? Una historia de amor imposible en la que sus protagonistas se dicen adiós para siempre con un puente como testigo: el Puente Roseman, en Winterset, en el Condado de Madison. Uno de los pasos cubiertos más conocidos de Iowa, construido en 1883 por Benton Jones.
New York, New York
Y nada hay más neoyorkino que Woody Allen o, al menos, que su cine. Los puentes de la ciudad de Nueva York, al igual que sus edificios, plazas y calles, son siempre un invitado más en las películas de este director.
Así, en la conocida Manhattan, es el propio Woody quien, junto a Diane Keaton, se sienta en un banco del puente Queensboro para disfrutar de las vistas. El puente, que comunica los distritos de Queens y Manhattan, protagoniza el cartel de la película.
Tarzán en Nueva York, Un día en Nueva York, Fiebre del sábado noche , El Padrino II, Tienes un e-mail, Godzilla, Wall Street… La lista es interminable y es que otro de las pasarelas más filmadas de la historia es, sin duda, el puente de Brooklyn.
También en Manhattan, la plataforma de Brooklyn es probablemente la obra arquitectónica más amada por las cámaras. Construido entre 1870 y 1883 por la familia Roebling, en el momento de su inauguración era el puente colgante más grande del mundo, con sus 1.825 metros de largo. De piedra caliza, granito y cemento, este monumento fue innovador en el uso del acero ya que fue el primero suspendido mediante cables de este material. Los arcos terminados en punta de sus torres laterales reflejan el estilo arquitectónico neogótico con el que se quiso dotar a esta obra.
Los protagonistas en Europa
Y, ¿quién no se aterrorizó al ver cómo destruían el puente del Milenio en Londres a los pocos minutos de acción de la película Harry Potter y el misterio del príncipe?
Afortunadamente todo tenía su explicación en los mejores efectos especiales que la industria del cine tiene hoy en día y esta plataforma sigue en perfecto estado, para disfrute de londinenses y visitantes.
Inaugurado en el año 2000, es el más joven de los puentes de nuestro recorrido. Colgante, peatonal y fabricado con acero, cruza el río Támesis y, como curiosidad, los ocho cables que lo mantienen en suspensión están tensados para poder sostener 2.000 toneladas de peso, lo suficiente para soportar a 5.000 personas en el puente al mismo tiempo.
Por el viejo continente también hacemos una parada en París, donde encontramos el puente Alejandro III, el más ornamentado de la ciudad y, probablemente, del mundo. La primera piedra para su construcción fue puesta en 1896 por el zar Nicolás II de Rusia. Inaugurado en 1900, fue declarado monumento histórico en 1975.
La peculiaridad de este paso, además de todos sus adornos y decoración, es que es una de las primeras estructuras prefabricadas del mundo, ya que sus partes fueron fundidas y forjadas en la población francesa Le Creusot, para ser transportadas más tarde hasta París, donde fueron colocadas sobre el Sena mediante una enorme grúa.
Y cómo no, esta fantástica construcción decorada con algo tan romántico como guirnaldas de conchas marinas, no podía dejar de aparecer en la gran pantalla. Así, una de las películas más recientes del director Woody Allen, Midnight in Paris tiene el Puente Alejandro III como escenario final.
También en la ciudad del amor, cabe destacar el homenaje del séptimo arte al puente más antiguo y largo de la ciudad en la película Los Amantes del Pont Neuf. Una historia de amor protagonizada por dos vagabundos que viven en el primer puente de piedra construido en la capital de Francia. Enrique III y Enrique IV vieron nacer este monumento durante los siglos XIV y XV.
Puentes esperanzadores, luminosos, oscuros, largos, colgantes, estrechos, amplios… Puentes para todos los gustos pero, sobre todo, puentes de película.
Imagen @Kevin Cole distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0