Salir de casa, buscar actividades para huir de los problemas, apuntarnos a talleres de pintura o deporte y retransmitirlo todo a través de las redes sociales esperando a que la cifra de likes aumente por minutos genera unos niveles de ansiedad muy altos en muchas personas. El estrés al que estamos sometidos, unido a la presión social por vivir en los canales sociales nos obliga a replantearnos si el estilo de vida que llevamos es el que nos hacer realmente felices. En el Día Internacional de la Felicidad, analizamos una nueva corriente que tiene cada vez más seguidores. Se llama nesting y reclama el valor de disfrutar en nuestra casa haciendo lo que realmente nos guste.
La influencia de las redes sociales
Vivimos sometidos a una presión social donde parece que todos debemos presumir de lo dichosos que somos. Las redes sociales parecen ser el reflejo del tipo de vida que escogemos. Si nos gusta seguir un estilo saludable, hay que hacerse rápidamente un selfie y publicarlo. Si somos amantes de la gastronomía y el maridaje, nos catalogarán de foodie. Si lo somos del yoga, nos llamarán yogui y así con una larga terminología. ¿Pero realmente lo que mostramos en Instagram o en cualquier otro canal social es reflejo de lo que somos?
El psicólogo Marc Masip asegura que “la diferencia entre lo que eres y lo que vendes en redes sociales se llama frustración”, algo que condiciona a muchas personas –especialmente a los adolescentes- que sienten la presión de tener que demostrar continuamente quiénes son y “las redes sociales, añade el psicólogo, desvirtúan continuamente la realidad de quiénes somos realmente”.
Disfrutar del silencio y de nuestra intimidad
El estilo de vida que llevamos, lleno de planes, de estrés, de toma de decisiones y de poco tiempo para cuidarnos y mimarnos ha dado origen a una corriente llamada nesting, que defiende convertir nuestro hogar en un refugio, del que no salir en todo el fin de semana.
Algunos expertos aseguran que practicarlo reduce considerablemente los niveles de estrés y ansiedad que muchas personas tienen por el ritmo de vida que llevan. Vicente Saavedra, doctor de Escuela Integral, asegura que “las personas somos máquinas biológicas. Nuestras células y órganos necesitan un descanso para repararse. Un cierto grado de diversión es necesario. Pero si se vuelve una forma de vida es absolutamente insano, física y mentalmente”. Por eso, hay que encontrar otras fuentes que nos permitan descansar y desconectar del consumismo, las prisas y el estrés. Saavedra añade: “Cada persona tiene su propio punto de equilibrio. Para encontrarlo es necesario el autoconocimiento, pero la sociedad actual no nos encamina a desarrollar la propia responsabilidad sobre nuestra salud. Somos infelices y ansiosos”.
Por eso, es clave dedicarnos tiempo a nosotros mismos, meditar, escucharnos y reflexionar. Tener tiempo para pensar reduce considerablemente los niveles de estrés.
¿Qué te hace realmente feliz?
Quizá sea un baño de espuma largo y relajante o hacer punto de cruz. Tal vez hallemos la felicidad en una tarde maratoniana viendo cine clásico bajo la manta y acompañados de un bol de palomitas. O quizá lo encontremos cocinando un buen bizcocho bañado de chocolate. De hecho, en Estados Unidos la repostería ocupa uno de los primeros puestos en actividades terapéuticas contra la depresión. No importa lo que sea, el caso es encontrar aquello que nos haga realmente dichoso. En eso consiste el nesting.
El término procede del concepto inglés nest cuya traducción es “nido”. En realidad es una manera de huir de lo cotidiano, de lo impuesto y de las reglas. Se trata de vivir de una manera relajada, recargar pilas y cuidarnos en un entorno agradable y acogedor. Por eso, es muy importante acondicionar nuestro hogar y hacerlo apetecible, amable, confortable, huyendo del caos y del desorden. Solo así lograremos alcanzar la felicidad en nuestra casa.
Nuestros vecinos escandinavos son expertos en buscar constantemente maneras de hacer que sus ciudadanos sean felices. Y en ese camino, ya se han hecho dueños del concepto hygge, otra corriente muy ligada al nesting, que en su caso aboga por crear atmósferas acogedoras y cálidas que inviten a disfrutar de la familia y amigos. Se trata de encontrar el equilibrio, la belleza y el bienestar en las pequeñas cosas que nos rodean.