Cuando hablamos de vivienda, el espacio es un lujo. Más aún en el centro de las grandes ciudades, donde se suelen sacrificar metros cuadrados en favor de una buena ubicación. Es entonces cuando llega la hora de agudizar el ingenio para conseguir obtener el máximo provecho. ¿Es posible trabajar y vivir en un micro apartamento con toda comodidad?
Uno de los últimos proyectos del laboratorio de innovación del Instituto Tecnológico de Massachusset nos lleva a pensar que sería difícil hacer más con menos: con la robótica como aliada, permite disfrutar de salón, dormitorio, vestidor y despacho en menos de 30 metros cuadrados. Con solo pulsar un botón para cambiar de estancia y sin estrecheces.
El ingenio que han desarrollado ha sido bautizado como Ori, ya que está inspirado en el origami, la técnica japonesa para obtener figuras variadas a través del plegado de papel. En Ori, lo que se desplaza y pliega son los muebles (la idea de la tradicional cama plegable se lleva al siguiente nivel) consiguiendo configurar hasta cuatro espacios diferentes en lo que era una habitación diáfana y, por si fuera poco, ofreciendo un nada desdeñable espacio extra para el almacenaje.
Estancias que aparecen y desaparecen
Ori tiene el tamaño de un armario grande (imagina una caja gigante que se mueve) y está compuesto por distintos módulos. Se coloca en el centro de la habitación en un marco monitorizado por el que puede desplazarse, y que actúa como pared divisoria de espacios. Así, el mueble puede encontrarse colocado en el extremo de un amplísimo salón, desplazarse hacia el centro para crear un dormitorio extra o recoger la cama mientras despliega una mesa de trabajo.
Es cierto que la idea de optimizar el espacio con soluciones lúcidas no es inédita, pero lo novedoso es cómo se ha logrado integrar el mecanismo robótico para que funcione de manera tan automatizada y fluida, sin que requiera un esfuerzo manual de ningún tipo. El sistema se opera desde paneles de control táctiles localizados en el exterior del sistema (como curiosidad, cuanta más presión se realice con el dedo más rápido se desplazan los muebles) o bien en remoto desde una aplicación móvil. De hecho, ésta permite configurar la casa en cualquier momento, por lo que puedes recoger el dormitorio de camino al trabajo si no tuviste tiempo de hacerlo por la mañana.
Una vez desarrollada la idea en el laboratorio, llegó el momento de ponerla en acción. Ori se instaló en unos apartamentos en Boston que se alquilaron a través del portal Airbnb. Una treintena de personas se alojaron en ellos y su experiencia sirvió para introducir mejoras. Entre otros aspectos, los desarrolladores se vieron empujados a cambiar el diseño, que en principio era más futurista y poco acogedor (ahora está disponible en distintos tonos, pero todos con acabado en madera). Esta idea, que fue finalista en los premios Innovation by Design en 2014, ya puede presumir de que no se quedará sólo en un concepto, sino que tendrá la oportunidad de comercializarse primero en Estados Unidos aunque se espera que esté disponible a nivel internacional a lo largo del año 2017.