Dice un refrán popular que “la necesidad agudiza el ingenio”. De agudizarlo y exprimirlo hasta las máximas consecuencias es de lo que siempre ha presumido la firma de vehículos Mini, que aboga por utilizar el espacio de forma creativa. Desde hacer un par de años, Mini, quien fuera pionera en el desarrollo de vehículos de dimensiones reducidas, pero con altas prestaciones, ha diversificado su campo de acción y ha trasladado la misma filosofía sobre cómo exprimir el potencial de los espacios más pequeños a la arquitectura y al urbanismo.
El problema de las ciudades super pobladas y la escasez de vivienda asequible son el caldo de cultivo en el que surge Miniliving, un proyecto de investigación a largo plazo. El objetivo final no es otro que el de mejorar la calidad de vida urbana y, los pilares sobre los que se asienta, las bondades de la economía compartida y la sostenibilidad, esto es, sacar el máximo potencial dejando la mínima huella visible.
Compartir es vivir: minicasas como concepto
Hasta el momento, el proyecto Miniliving se ha materializado en varios proyectos conceptuales que inventan y reinventan el concepto de vivienda mínima.
Uno de los primeros ejemplos fue la instalación ‘Breathe’ que Mini presentó en el Salón del Automovil de Milán el pasado año 2017. Se trataba de un área de tan sólo cinco metros de ancho por diez metros de altura y capacidad para tres personas, ideada para fusionarse con el ecosistema (paredes transparentes que aprovechaban al máximo la luz natural, terraza con jardín y sistema de recogida de agua de lluvia).
En Londres, con ocasión de la Feria de Diseño, apareció la primera ‘Urban Cabin’, una construcción modular que contaba con tan sólo 15 m2 optimizados al máximo y bien aprovechados para resolver las necesidades de una generación cada vez más nómada. La minicasa contaba con zona de descanso, biblioteca, cocina y terraza. Con un concepto similar, otra ‘Urban Cabin’ se levantó en Nueva York, fundida con los alrededores de forma tal que incluso los colores cambiaban de color según el ángulo desde el que se miraba.
De la teoría a la práctica: un acogedor “nido” en el centro de Shangai
Pero más allá de las concepciones teóricas sobre cómo arañar metros al espacio público para convertirlos en viviendas acogedoras, Mini Living está trabajando en su primer proyecto real que transformará por completo un complejo industrial abandonado de Shangai y al que han bautizado como ‘Urban Nest’ (algo así como ‘nido urbano’).
En los terrenos en los que se ubicaba una antigua fábrica de pintura, Mini está construyendo un espacio inspirado en la filosofía ‘coliving’ que incluirá tanto apartamentos y zonas privadas como amplios espacios compartidos, tanto de trabajo como zonas de ocio, prometiendo convertir el área en un vibrante vecindario. Con una oferta de viviendas de uno o dos dormitorios, se espera que el proyecto acoja a personas solas, compañeros de piso, parejas e incluso a familias con hijos que acudan indistintamente con intención de permanencia a corto, medio o largo plazo.
Los apartamentos contarán con escasos metros cuadrados pero, con la máxima de “obtenemos más si compartimos”, se espera que los huéspedes no quieran pasar mucho tiempo en su interior sino que se beneficien de las zonas comunes que incluirán espacios expositivos y eventos culturales, mercados, una terraza con huerto y un sistema de coches compartidos. Se espera que ‘Urban Nest’ esté inaugurado a lo largo de este 2018.