La meta está fijada en 2020. Para entonces el Ayuntamiento madrileño quiere lograr que el 10% de la energía que se consume en el ciudad se obtenga de fuentes propias y renovables. Así se podrán reducir significativamente la emisión de gases contaminantes.
La representante de la Alcaldía anunció en el Foro Económico de Davos, el pasado enero, cómo actuará el consistorio para alcanzar esos objetivos: explotando la gran cantidad de energía limpia que esconde el subsuelo urbano. La más abundante es la geotérmica, es decir, el calor acumulado en las capas más profundas de la tierra. Este proyecto ha recibido el nombre de Madrid E+Subterra.
Pero esta no es una idea nueva. Desde hace 40 años existen edificios, sobre todo en el centro y norte de Europa, que cuentan con instalaciones para obtener calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria.
¿Cómo se saca calor de la tierra?
Se han desarrollado varias técnicas para extraer esa energía del subsuelo, aunque la más habitual es la ‘captación geotérmica vertical’. El concepto es sencillo: se construye un circuito cerrado que baja hasta una profundidad de entre 80 y 150 metros (dependiendo de las instalaciones puede ser más profundo).
Por este circuito circula un fluido que es capaz de captar el calor geotérmico de manera que aumenta su temperatura. Cuando regresa a la superficie, se introduce en una bomba de calor incrementando aún más la temperatura del fluido. Dichas calorías las transmite al sistema de calefacción (por ejemplo, suelo radiante) y al agua sanitaria.
En verano, el ciclo se invierte, de manera que el fluido capta el calor de la superficie y lo traslada al subsuelo, donde en capas más superficiales se enfría y al subir y completar el circuito, puede refrigerar el ambiente.
Primeras pruebas con éxito en Madrid
El Ayuntamiento ha puesto en marcha este proyecto buscando emprendedores, empresas y colegios profesionales que aporten nuevas ideas y soluciones técnicas para lograr el aprovechamiento de un volumen de energía geotérmica mucho mayor.
Como primer paso, ya cuenta con los resultados de un proyecto piloto que ha demostrado su eficiencia: las viviendas de la calle Margaritas, 52 (en el distrito de Tetuán), de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo. Toda la energía que utilizan es limpia. El agua caliente sanitaria se obtiene gracias a una instalación solar y los servicios de refrigeración y calefacción proceden de un intercambiador geotérmico. Ambos sistemas están comunicados para que puedan aprovechar el excedente de energía de uno y otro.
Pero la ciudad no sólo pretende extraer recursos de la geotermia. En el suelo urbano existen otras fuentes energéticas que no se están aprovechando. El proyecto Madrid E+Subterra contempla tres:
- Recuperar el calor acumulado en las aguas residuales de calefacciones y uso sanitario para ser recicladas y recalentadas en plantas de tratamiento, como se hace en el District Heating de Helsinki.
- Aprovechar el aire caliente de las instalaciones subterráneas urbanas. En París existe un sistema que utiliza el aire del metro para la calefacción de viviendas.
- Instalar generadores hidroeléctricos en las redes de abastecimiento y saneamiento por las que circula el enorme caudal de agua que emplea la ciudad.
Madrid E+Subterra pretende, en palabras de Ana Botella, «avanzar hacia una ciudad baja en carbono, reducir la dependencia energética y fomentar la generación distribuida; incrementar la eficiencia energética y el uso de energías renovables involucrando a la sociedad en el uso sostenible de la energía, y optimizando la gestión municipal en materia energética y ambiental para adaptar la ciudad al cambio climático».
El desafío resulta apasionante.