Cristal para andar por casa

Raúl Alonso

Transparencia, luminosidad y ligereza son tres de las características que han encumbrado al cristal como una de las soluciones más habituales para la arquitectura de vanguardia. Nos hemos habituado a disfrutar del centelleo que día y noche ofrecen muchas de las grandes torres que dibujan el skyline de las metrópolis, pero ahora este material está dispuesto a cruzar otras fronteras: nos va a obligar a mirar al suelo.

El suelo de cristal es una solución que conocimos en rehabilitaciones arqueológicas, ya que su transparencia permite la visión de estructuras primitivas en edificaciones históricas. Ejemplos hay muchos, por citar uno que protege casi 3.000 años de historia, el Yacimiento Arqueológico de la Casa del Obispo en Cádiz, los suelos de cristal que se instalaron en la rehabilitación del palacio para su actual uso muestran restos de una construcción fenicia del siglo VIII a.C. y otras que llegan hasta el XVIII de nuestra era.

Miradores de vértigo

Su bajo impacto visual también ha recomendado su uso en actuaciones de construcciones tan emblemáticas como en el primer piso de la Torre Eiffel en París o en el puente de Londres, pero donde sin duda se ha obtenido su mayor logro ha sido en la integración con la naturaleza. Su transparencia está sirviendo para crear sorprendentes miradores como el Gran Canyon Skywalk, una pasarela circular que se ha convertido desde su inauguración en 2007 en uno de los grandes atractivos al ofrecer una visión en picado desde más de 600 metros de altura del parque Nacional del Gran Cañón. Una experiencia no apta para quien sufre de vértigo como la que muestra el Mirador de Abrante en la Gomera, en la que los visitantes no se asoman al precipicio sino que pueden “flotar” sobre él gracias a un voladizo de siete metros de largo y suelo de cristal. 400 metros más abajo descansa el pequeño valle de Agulo, con sus casas y terrazas agrícolas, encajonado entre riscos verticales y abierto al océano Atlántico.

Peldaños transparentes

Y ahora los suelos de cristal están dispuestos a conquistar espacios más familiares. Se trata de una de las soluciones de moda para ofrecer ambientes rompedores en todo tipo de viviendas y negocios, con especial atención al diseño de escaleras y altillos. Una de las construcciones que se anticipó a esta tendencia fue la escalera helicoidal de cristal que da acceso al Apple Store de la Quinta Avenida en Nueva York, ofreciendo continuidad con el atrio totalmente transparente que sirve de entrada. Por su alto coste, de momento la escalera de cristal no es apta para todos los bolsillos, pero la creciente demanda está generando soluciones más económicas que conviene valorar.

Lo cierto es que la investigación sobre este material no cesa. De hecho ha sido gracias a este esfuerzo en I+D como se ha conseguido que ofrezca una resistencia adecuada y seguridad frente a cualquier tipo de rotura. El material utilizado es cristal laminado, que intercala unas finas láminas o películas de butiral de polivinilo, un polímero que destaca por su adherencia y resistencia en el tiempo y que impide que el cristal se disgregue frente a un problema de rotura.

Canalización de la luz solar

Los altillos y pasarelas son otros de los espacios donde estas láminas de vidrio despuntan. Además de su aportación estética, se recurre a estas soluciones buscando una iluminación natural, sobre todo en las plantas bajas de viviendas unifamiliares, en donde es más escasa. De este modo, estratégicamente ubicadas en las plantas superiores, un juego de claraboyas y suelos de cristal transparente o traslúcido permiten iluminar zonas como el salón dirigiendo la luz solar desde la cubierta superior y sin perder metros habitables en las otras plantas, tal como propone el fabricante Trescalini.

También es habitual encontrar suelos de vidrio que buscan mostrar los espacios inferiores. En negocios de restauración y hoteles se utilizan como reclamo de las instalaciones que se ofrecen en los sótanos, ya sea una bodega o un espacio de relax. Para ello basta con pavimentar una mínima parte de la planta superior con este material para dejar que la curiosidad de los visitantes actúe, convirtiéndose en una ingeniosa herramienta de marketing.

Otra de las utilidades más novedosas en los suelos de cristal se da en las terrazas y jardines. En combinación con otros materiales como el laminado de madera ofrece un solado diferente, que incluso permite iluminación desde el interior de la estructura, creando ambientes llenos de magia como los que diseña el fabricante francés Macocco.

Un material con mucho recorrido

Todo parece indicar que la tendencia del suelo de cristal no ha hecho más que llegar. A su favor tiene la resistencia al rayado conseguida por el vidrio laminado y la continua investigación sobre este material para presentarlo con diferentes soluciones como losetas o láminas en diferentes tamaños y formatos. Además, se trabaja con novedosas formas de esmaltado, similares a los procesos que se realizan para los suelos cerámicos, aportando vistosos acabados de colores que juegan con las transparencias propias del cristal. Algunas empresas ya ofrecen personalizaciones totales con serigrafiados con la imagen que el cliente desee.

El cristal ofrece además gran facilidad para combinar con todo tipo de materiales, en especial con el acero y la madera. Otro de los maridajes más exitosos es con la iluminación LED, con el que se logran efectos más sutiles o teatrales. La experimentación con cristal no conoce límites, como demostró la espectacular rehabilitación del edificio de la Alhóndiga de Bilbao inaugurada en 2010, donde el proyecto de Philippe Starck incluyó una piscina transparente.

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