Aunque es un movimiento que cuenta ya con algunos años, ahora es cuando está surgiendo con más fuerza. Quizá tenga que ver el estrés “social” al que estamos sometidos, la dependencia de la tecnología para relacionarnos, o la actualización constante de nuestras redes sociales para estar al día. Precisamente en este contexto, el cocooning propone hacer un alto, tomarnos la vida más despacio y disfrutar de cada cosa y cada momento.
Un movimiento que defiende lo “slow”
El cocooning surgió en los años 90 cuando una conocida buscadora de tendencias, encontró en este estilo de vida una manera de aumentar las compras por Internet. Sin embargo, hoy en día el término significa mucho más que eso. Significa parar, reflexionar, tomarnos las cosas con más calma y dejar de llevar una vida social tan agitada.
Esta nueva filosofía de vida es la que siguen aquellos que han decidido dedicarse más a su familia y disfrutar de actividades dentro del hogar. Por ejemplo, hacer manualidades, pasar una tarde con los niños viendo películas, recibir amigos en casa para mantener una tertulia, preparar la cena o cocinar en pareja. En otras palabras, es hacer de nuestro hogar un refugio y disfrutar en él haciendo las cosas que más nos gustan.
Los cocooners aman su hogar por encima de todo
En este nuevo movimiento, surgen miles de seguidores: los cocooners, que aseguran que “como en su casa no se sienten en ningún sitio”. Y esto, también tiene su consecuencia en los hogares, ya que las viviendas se adaptan al estilo de vida de cada cocooner. Por ejemplo, se opta por espacios abiertos donde se fomente la relación entre sus miembros y se opta por hacer espacios comunes más amplios, como la cocina o el salón. Y su lema es utilizar toda la casa y disfrutar de cada rincón.
Los hogares de los que hacen cocooning son muy agradables. Estéticamente guardan un gran equilibrio y sus dueños se han preocupado mucho por la decoración y por los materiales escogidos.
Hogares muy cálidos y agradables
No es de extrañar que, si pasan más tiempo en casa, sus dueños se preocupen por tener un hogar bonito a la vez que práctico.
- La tendencia es usar los tonos pastel, los blancos, grises y la gama de beige. Todos los juegos cromáticos que sirvan para dar calidez y aportar calma al hogar son bienvenidos.
- Tejidos. En cocooning se opta siempre por los materiales naturales, siendo el algodón, lino y seda los más elegidos, ya sea en ropa de cama, en cortinas, cojines o complementos.
- Cocinas. En un hogar de este tipo, las cocinas son abiertas y suelen estar conectadas con el salón o el comedor. El fundamental que fluyan los espacios.
- Baños. Los baños deben ser amplios y contar con una bañera en la que poder darse un relajado baño de espuma. El cocooning invita a desconectar en casa y una bañera es fundamental para relajarnos.
- Salones. Lo ideal es contar con un amplio sofá donde toda la familia pueda sentarse, disfrutar de momentos de conversación y también del placer de ver una película juntos.
- Manualidades. Este tipo de filosofía también fomenta la creatividad, al pasar tanto tiempo en casa, es necesario encontrar momentos para desarrollar nuevas habilidades: coser, hacer ganchillo, pintar o cocinar son algunas de las más habituales y también se pueden hacer en familia.
Una manera también de ahorrar
Aunque no es el objetivo principal, los cocooners también ven como positivo en su estilo de vida el ahorro económico que supone disfrutar del ocio en casa. Sin embargo, no se trata de no hacer nada fuera del hogar, sino de escoger los planes y salir solo para celebrar ocasiones especiales. De esta manera, dicen sus seguidores, se valora mucho más la salida. Y eso sí, cuando hace buen tiempo, no dudan en hacer planes al aire libre.