Hasta hace unos años, la ingeniería consideraba que la madera era demasiado frágil para resistir estructuras de gran altura. Sin embargo, los nuevos avances técnicos han ido permitiendo proyectos cada vez más ambiciosos.
El estudio de Waugh Thistleton construyó en Londres un edificio de nueve plantas con paneles de madera laminados, el Stadthaus, que fue un hito de altura hace solo 10 años. El Forte Building de Melbourne (Australia) le superó poco después alcanzando las diez plantas.
Actualmente el edificio más alto en madera es un bloque de apartamentos de 14 alturas en la ciudad noruega de Bergen. Nada comparable con el proyecto que tienen ultimado el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Cambridge junto con el estudio PLP Architecture y la consultora Smith y Wallwork.
Será un coloso de 300 metros de altura (80 pisos) que está previsto construir en Londres, en la zona de Barbican. Cuando se concluya se convertirá en el segundo rascacielos más alto de la ciudad después del Shard. Tendrá unos 90.000 m2 y acogerá mil apartamentos.
Se estima que se necesitarán nada menos que 65.000 metros cúbicos de madera, lo que en principio podría considerarse una sobreexplotación medioambiental, pero no es así. Todo el material procederá de bosques sostenibles, es decir, plantaciones que aseguran la continuidad de los espacios verdes con repoblaciones y cuidados del entorno, lo que hace de la madera un material ecológico.
Según datos de los responsables del proyecto, se evitará la emisión de 50.000 toneladas de CO2, el equivalente a lo que supondría la fabricación de los materiales que se suelen utilizar en estas obras. Además, las cualidades aislantes de la madera favorecerán la climatización natural del edificio, lo que reducirá significativamente el consumo energético.
Crecimiento sostenible hacia lo alto
No es su única ventaja. También hará más sencilla y rápida la construcción, y aligerará las estructuras. Por otra parte, se tratará la madera con sustancias ignífugas para lograr una gran resistencia al fuego.
El desafío es enorme, pero puede suponer el paso definitivo en una tendencia hacia los materiales naturales que se percibe también con otros proyectos ambiciosos, como el que está previsto finalizar en Estocolmo en 2023, una construcción en madera de 34 plantas. O el edificio mixto (apartamentos, hotel y restaurante) de 24 alturas que se quiere levantar en Viena.
Ecología y sostenibilidad. Las dos palabras claves del futuro de la construcción.