Hoy los españoles necesitamos un menor esfuerzo económico para comprar una vivienda. Esa es la principal conclusión del cuarto informe anual elaborado por Real Estate Deloitte, donde se analiza la situación del mercado inmobiliario en nuestro país.
Era una evidencia que el descenso de los precios haría que tarde o temprano las compraventas se reactivaran y se recuperara la confianza. Como apunta el informe, el descenso se ha sumado a una oferta amplia, variada y de calidad.
Esa lógica ahora se traduce en números: Deloitte estima que el precio medio de la vivienda –sin tener en cuenta el coste añadido de la financiación– se sitúa en 4,4 veces el salario bruto individual de un asalariado en un año, cantidad muy inferior a los 6,1 de media de la Unión Europea y a mucha más distancia de países como el Reino Unido (8,5) o Francia (7,9).
Esa mayor capacidad, para acceder a la compra de una casa, se percibe también al conocer la evolución de la tasa de esfuerzo media de los hogares, es decir, el porcentaje de renta familiar que se dedica al pago anual de la hipoteca.
En los últimos tres años ha ido disminuyendo paulatinamente hasta representar ahora el 33% de los ingresos, según el informe de Deloitte. El máximo esfuerzo aconsejable por los expertos se sitúa en el 40% de la renta familiar, de manera que la tasa de esfuerzo está dentro de los márgenes razonables de endeudamiento.
Diferencias entre provincias
Barcelona, Guipúzcoa y Cádiz son las provincias donde cuesta un mayor esfuerzo adquirir una vivienda, aunque por motivos distintos. En los dos primeros casos, porque son zonas donde el precio medio del metro cuadrado es más elevado que la media española (1.459,33 euros/m2 en el segundo semestre de 2014, según los datos del Ministerio de Fomento). En la provincia andaluza, sin embargo, el esfuerzo mayor es debido a su situación macroeconómica con un alto índice de desempleo y rentas bajas.
La situación es la opuesta en La Rioja, Lérida, Murcia y Pontevedra, donde la tasa de esfuerzo del comprador no llega al 30% de la renta familiar. Teniendo en cuenta estos datos, junto con otras variables macroeconómicas (demografía, crecimiento de la población…) y la realidad del mercado (precios, stocks de casas en venta…), el informe de Deloitte estima que 20 provincias españolas están en una situación ideal para iniciar una clara recuperación del sector inmobiliario. Esta veintena de provincias son: Álava, Asturias, Baleares, Barcelona, Burgos, Cantabria, Guipúzcoa, Guadalajara, Huesca, La Coruña, Lérida, Madrid, Navarra, Palencia, Segovia, Soria, Teruel, Valencia, Valladolid y Vizcaya.
Solo hay cuatro provincias que muestran claras dificultades para iniciar esa mejoría: Almería, Castellón, Ciudad Real y Toledo. Allí tanto la economía como las condiciones del sector de la vivienda, penalizado sobre todo por un exceso de oferta, hacen que las perspectivas para los próximos meses no sean tan positivas. En todo caso, la evolución del sector apunta al optimismo ya que en 2013 estaban en la misma situación 11 provincias y en 2012 esta cifra ascendía a 21.
De modo que 2015 parece que puede ser el comienzo definitivo de una clara recuperación apoyada en tres pilares: un mercado saneado, precios ajustados y mayores recursos de los compradores para acceder a una vivienda.
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