¿Eres una persona que no tiene problema en compartir habitación o cuarto de baño durante un viaje con tal de gastarte poco dinero y que esté en un lugar bien ubicado? ¿Prefieres quizá alquilar un piso o un apartamento a un propietario particular y sentirte como en casa? Los Hostels y las viviendas turísticas están diversificando la oferta de alojamientos en España. Se trata de responder a la demanda de un viajero diferente que busca soluciones low cost.
Los hoteles compartidos o hostels funcionan como los albergues juveniles, aunque en este caso, están abiertos a personas de cualquier edad: pagas por una cama en dormitorios con espacio generalmente de dos a 12 personas, de manera que todo en el alojamiento es comunitario, incluidos baños y otras salas (cocina, comedor, zonas con ordenadores, lavandería…).
Su principal atractivo es el precio, pero no por ello renuncian a ser algo más que un simple lugar donde pasar la noche –al fin y al cabo, hay que competir para lograr clientes–. Se intenta prestar especial atención a un diseño cuidado y se procura ofrecer servicios y actividades culturales. Este es el caso del Generator Hostel de Barcelona, que tiene una decoración vanguardista, balconadas de cristal, duchas de hidromasaje, biblioteca, y organiza exposiciones de arte y conciertos. Y, también, el U Hostels de Madrid, que destaca por su diseño minimalista, sus zonas chill out y de lectura, su restaurante y su sala de cine.
En el último año solo en la capital española se han inaugurado cinco establecimientos de este tipo y hay otros cuatro a punto de abrirse, según datos de la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura de la Comunidad de Madrid, que además, prevé otros 20 de aquí a 2017. Esto implicaría el poder atraer a unos 500.000 nuevos turistas. Una forma de facilitar nuevas inversiones y generar puestos de trabajo.
Regulación de la vivienda turística
El creciente número de viajeros que buscan propuestas diferentes a las de los hoteles tradicionales ha hecho también que muchos propietarios de pisos y apartamentos se hayan planteado alquilar sus viviendas con fines turísticos.
Madrid acaba de aprobar una normativa para regular la actividad de estos negocios que puede servir de referencia a otras autonomías para evitar la competencia desleal en el sector y dar unas garantías mínimas a los usuarios, según el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria.
El decreto distingue en primer lugar entre ‘apartamentos turísticos’ (edificios o bloques de apartamentos propiedad de empresas de alquiler, que ya estaban regulados) y las ‘viviendas de uso turístico’, de particulares que deciden emprender un negocio alquilando íntegramente (no por habitaciones) sus casas o pisos. La Comunidad calcula que en la región existen entre 6.000 y 8.000 viviendas con este uso.
A partir de ahora, deberán cumplir las siguientes condiciones:
- Estar inscritas en el Registro de Empresas Turísticas.
- Mostrar una placa identificativa según su categoría: entre una y cuatro llaves (la clasificación tradicional).
- Hacer públicos sus precios.
- Fijar una capacidad mínima y un ratio de ocupación de cada habitación.
- No pueden servir como vivienda habitual.
- Los usuarios deben tener una estancia mínima de cinco días. De esa forma se quiere reducir el impacto de estos negocios en la actividad de los hoteles, donde se pernocta una media de dos noches.
En última instancia, lo que se busca con estos nuevos alojamientos es ampliar la oferta turística adaptándola a todos los gustos y bolsillos.