El inmobiliario es un sector repleto de oportunidades cuyo mercado laboral cambia y evoluciona. Así, a la cartera de profesiones tradicionales (tasadores, promotores, agentes inmobiliarios…) se le suman nuevas: expertos en big data, facility managers o personal shoppers son algunos de los perfiles cuya demanda se ha incrementado en los últimos años.
Uno de estos perfiles es el del home stager, aunque no es tan novedoso como los tres anteriores. De hecho, los orígenes del home staging (la tendencia que aboga por acondicionar una vivienda para hacerla más atractiva visualmente en el mercado y facilitar su venta) data de los años 70. En Europa continental y, más concretamente, en España, el home staging se empezó a popularizar con décadas de adelanto respecto a los países anglosajones.
Qué hace un home stager: decorar para vender
Eso sí, después de más de una década, el home staging ya no es una novedad desconocida ni una tendencia pasajera, sino un servicio consolidado y demandado en el mercado. Por esa razón, cada vez son más los profesionales que se dedican a ello, muchos de ellos en exclusiva, como también aumentan el número de empresas que ofertan este servicio.
La misión del home stager es, en esencia, mejorar la apariencia de una vivienda para conseguir que “entre por los ojos” del potencial comprador, que éste logre tener una buena impresión y aprecie todo el potencial del inmueble, sean cuales sean sus gustos personales. Aunque el trabajo comparta algunas características y competencias con el de un decorador, no se trata exactamente de lo mismo. Mientras el segundo decora “para vivir”, para el home stager el objetivo fundamental es la venta.
Se trata, sin embargo, de un trabajo creativo: no hay una única manera de ejecutar un home staging ya que ello depende de variables tan distintas como el presupuesto o los gustos del cliente y la forma de trabajar de cada profesional. El proceso puede consistir en vaciar el inmueble, cambiar o reorganizar los muebles, pintar, elegir textiles o incluso colocar flores y cojines. En su día a día, el home stager debe tratar con proveedores de mobiliario y objetos de decoración y de servicios de reformas o acondicionamientos.
Cómo convertirte en home stager
Actualmente, no existe una titulación obligatoria ni una habilitación específica para convertirse en home stager en España, si bien la formación o el bagaje en decoración o diseño de interiores es uno de los mejores puntos de partida por todos puntos en común de ambas profesiones. Eso sí, carecer de un título específico no es una barrera de entrada a esta profesión a la que llegan, de hecho, profesionales del sector inmobiliario desde perfiles diferentes que han reconducido su carrera gracias a su intuición, gusto estético o talento natural.
Contar con conocimientos sobre iluminación, teoría del color, materiales de construcción, uso y distribución del espacio, software especializado, fotografía inmobiliaria, atención al cliente o psicología de la compraventa son algunas de las cualidades que suelen acompañar a un home stager y que, de hecho, forman parte del currículum de muchos másteres o cursos de formación enfocados a la especialización de decoradores, diseñadores de interiores u otras personas interesadas en trabajar como home stagers.
Quién esté pensando en dedicarse a la profesión por cuenta propia, ya sea estableciéndose como profesional autónomo o constituyendo una sociedad, debe sumar a las anteriores la lista de habilidades propias de la administración y gestión de la empresa, que van desde la gestión de contabilidad o contratos hasta las labores de marketing y comerciales o el trato con cliente y proveedores.