Sí, ya parece que se ha terminado la temporada de playa, pero igual ahora es el mejor momento para planear disfrutar el próximo verano en tu casa de la playa o invertir en una de ellas para luego alquilarla.
La adquisición de una segunda vivienda siempre nos da quebraderos de cabeza. Pero disfrutarla en las épocas estivales o que nos genere un dinero extra todos los meses nos hace que eso se nos olvide. Aún así, el plantearnos comprar una segunda residencia en la playa nos lleva a tener que pensárnoslo bien y hacernos una lista de pros y contras que nos ayuden a tomar la decisión adecuada. Te dejamos una lista con los consejos que te ayudarán a tomar la decisión adecuada:
- Conoce bien la zona: te recomendamos que hayas visitado la zona, o incluso hayas veraneado allí. De este modo, sabrás la oferta de servicios de la misma, si se adapta a tus necesidades familiares y si te aporta la tranquilidad y el ocio que buscas en tus periodos de descanso.
- Calcula bien la cuota mensual de hipoteca
- Piensa en la adquisición de una plaza de garaje junto con tu vivienda: siempre te aportará tranquilidad saber que puedes aparcar sin problemas. Además, de cara a vender esa propiedad, las plazas de garaje anejas aportan un gran valor añadido.
- Estudia el mercado de alquiler de la zona: piensa en la posibilidad de alquilar la vivienda en los periodos que tú no la disfrutes; obtendrás unos ingresos extra y evitarás que la vivienda esté desocupada durante gran parte del año.
Además no sólo las playas se han convertido en una gran oportunidad de inversión, también lo han hecho las plazas de garaje de las zonas de costa. ¿Qué por qué?:
- las familias suelen disponen de más de 1 vehículo. Esto, unido con el habitual colapso de vehículos que experimentan las zonas turísticas, provoca que los veraneantes quieran alquilar plazas de garaje en los edificios próximos
- el mantenimiento de una plaza de garaje durante los meses de invierno es reducido, y puede cubrirse con el alquiler obtenido en los meses de verano
- siempre puedes recurrir a una agencia especializada para que te gestione el alquiler, de modo que lo ofrezca de forma conjunta con una de las viviendas del edificio.