Gracias a expertos geólogos, a los nuevos materiales ultra-resistentes, a los avances en la ingeniería de minas y a las tuneladoras gigantes hoy es posible horadar el subsuelo durante decenas de kilómetros para permitir vías de comunicación en lugares que hasta hace muy poco eran inaccesibles.

Son obras colosales que en algunos casos ha llevado muchos años poder finalizar. Los que ocupan el top 3 de los túneles más largos del mundo han sido realizados para conectar vías de ferrocarril, pero también hay asombrosos corredores subterráneos por los que circulan vehículos. Hagamos un apartado para cada medio de transporte.

Túneles para ferrocarril

• San Gotardo (Suiza). Longitud: 57,2 kilómetros. Tiene el récord absoluto de longitud. Se inauguró en 2015 y atraviesa los Alpes suizos. Además, es el más profundo del mundo: en algunos lugares desciende hasta los 2.300 metros. Para construirlo hubo que remover unos 28 millones de toneladas de tierra y rocas. Los trenes recorren la distancia en 20 minutos.
• Seikan (Japón). Longitud: 54 kilómetros. Conecta ambos lados del estrecho de Tsugaru. Las dificultades con que se encontraron los ingenieros provocaron que las obras se prolongaran 25 años, hasta que finalmente se inauguró en 1988. De sus 54 kilómetros, 23,3 discurren bajo el mar: a 100 metros del lecho marino y a 240 de la superficie.
• Eurotúnel (entre Francia y Reino Unido). Longitud: 50,5 kilómetros, 39 de ellos submarinos. Se abrió en 1994 y para su construcción se empleó una perforadora que tenía 8,78 metros de diámetro y 200 metros de longitud, con un peso total de 11.000 toneladas. En realidad son dos túneles de 7,6 metros de diámetro, uno de ida y otro de vuelta, y una galería de servicio de 4,8 metros preparada para la circulación de vehículos eléctricos.

Túneles para vehículos

• Laerdal (Noruega). Longitud: 24,51 kilómetros. Es el más largo de los túneles que se recorren por carretera. Inaugurado en el año 2000, permite atravesar una zona montañosa con una elevación máxima de 1.800 metros. Se tarda unos 20 minutos en llegar al otro extremo, un tiempo que puede provocar cansancio o ataques de claustrofobia. Para evitarlo, el túnel se ha dividido en cuatro secciones mediante la creación de tres grandes cavernas que se iluminande tal manera que simulan la luz del día.
• Yamate (Japón). Longitud: 18,20 kilómetros. Forma parte de la red de carreteras de peaje que conecta el área metropolitana de Tokio. Se inauguró en 2015, tras 23 años de obras. En realidad son dos túneles, de ida y vuelta, que corren paralelos a unos 30 metros bajo tierra.
• Zhongnanshan (China). Longitud: 18,02 kilómetros. Hasta que se abrió, en 2007, recorrer las montañas que ahora un coche traspasa en 30 minutos llevaba unas tres horas. Las plantas artificiales y las nubes proyectadas en las paredes reducen la sensación de encierro.

Foto: Túnel de San Gotardo