Toledo, ciudad de devotos donde los templos se llenan de feligreses. Un lugar donde la espiritualidad reina en cada rincón, en sus calles, en sus edificios, en sus iglesias y también en su arte. Pintura, escultura y arquitectura religiosa se aúnan en esta ciudad que aún conserva el ambiente místico de siglos atrás. Si quieres descubrir el conjunto arquitectónico religioso que ofrece la ciudad imperial, te invitamos a recorrerla a través de estos cinco edificios.
La Catedral de Toledo, un templo de culto
Quien visite esta ciudad, no puede irse sin conocer la Catedral, construida en el año 1227 sobre una base visigoda que también fue usada como mezquita. Actualmente, el templo sigue los parámetros góticos con tintes franceses, siendo uno de sus elementos más destacables el claustro bajo y la Capilla de San Blas. Si has estado en Notre Dame (en París), es posible que encuentres similitudes entre la puerta de la basílica toledana y la francesa, ya que está inspirada en ella. Aunque es cierto que la de Toledo conserva un tesoro espectacular en su fachada: las vidrieras de colores que iluminan el interior creando un ambiente único.
La Mezquita del Cristo de la Luz, una herencia de la época califal
También conocida como Mezquita de Bab al-Mardum, es un claro ejemplo de arquitectura mudéjar del siglo X y uno de los prototipos que aún perviven del arte Al-Andalus. Está ubicada en uno de los mejores barrios de Toledo, donde solían vivir las familias más acaudaladas y donde había varias casas-palacio. Además, su privilegiada proximidad a la Alcazaba y a las principales vías de acceso a la ciudad hacía que su emplazamiento fuera realmente especial y único. De gran majestuosidad, el lugar de culto fue convertido en iglesia dos siglos después y hoy en día, podemos encontrar restos arqueológicos (encontrados en 2006), así como una cueva bajo el altar mayor. Otro de sus grandes tesoros es un cementerio cristiano situado en la zona norte, donde solían recibir sepultura los miembros de las familias más adineradas de la época, un privilegio al que solo unos pocos podían acceder.
El Salvador, ¿un templo visigodo?
En realidad no está al cien por cien clara su procedencia, pero los hallazgos encontrados la datan del siglo IX como mezquita, aunque algunos historiadores están convencidos de que existen indicios también que la sitúan en la época visigoda. Cuando corría el año 1145, hubo una terrible tormenta que asoló la ciudad imperial y el templo se convirtió en refugio para la familia real. La mujer del rey Alfonso VII de Castilla, Doña Berenguela de Barcelona, quiso convertir la mezquita en una iglesia para dar las gracias por la salvación de su familia y rendir homenaje a la Adoración de los Reyes. Pero no solo los reyes hicieron famosa esta iglesia, también algunos personajes ilustres que fueron bautizados en ella, como Juana I de Castilla (conocida como Juana La Loca) o el dramaturgo Francisco de Rojas Zorrilla, autor de la conocida comedia “Persiles y Segismunda”.
Iglesia de Santo Tomé, el refugio del Conde Orgaz
Esta parroquia data de 1142 como edificio mudéjar pero fue reconstruida a principios del siglo XIV, con la ayuda de Don Gonzalo Ruiz de Toledo, época en la que se añadieron a la planta dos naves laterales. Si por algo es conocida esta iglesia es por el cuadro que duerme en ella: El entierro del Conde Orgaz, un testimonio arquitectónico que rinde tributo a Don Gonzalo Ruiz de Toledo, el señor de Orgaz. Este noble del siglo XIV fue muy generoso con la ciudad imperial realizando constantes donaciones para la recuperación de varios edificios y espacios religiosos. El señor Orgaz quiso que se le enterrara en la iglesia de Santo Tomé pero cuando murió, las obras no habían finalizado y tuvo que recibir sepultura en otra iglesia. Pero pasados unos años, le trasladaron al templo deseado y cuando se producía la liturgia, algunos cuentan que vieron cómo se aparecía San Agustín y San Esteban, tema principal de la obra pictórica.
Otro de los personajes importantes ligados a esta historia es Doménikos Theotokópoulos, conocido como El Greco, que representó magistralmente el momento de la liturgia del conde de Orgaz en el cuadro. El coste del cuadro alcanzó los 1200 ducados (lo que hoy serían unos 32.500 euros), una cifra muy alta para la época.
Monasterio de San Juan de los Reyes, una explosión de luz
En 1475, el arquitecto Juan Guas fue el artífice de realizar las obras y la construcción del claustro, unos años después. Los documentos de la época reflejan que las obras costaron unos 200.000 ducados (más de 5 millones de los actuales euros), por lo que la reina tuvo que donar dinero para poder acabar la iglesia. La iglesia es de estilo gótico hispano flamenco, llamado así porque era coetáneo al reinado de los Reyes Católicos y con clara inspiración del gótico llegado de Flandes, Francia y Alemania. Uno de sus mayores tesoros son las vidrieras que cuelgan de las ventanas del crucero y que llenaron de luz y color un templo hasta el momento bastante sombrío. El templo está dedicado al nacimiento del príncipe don Juan (1478) y también como panteón de la familia real.