“Antes del verano nos mudamos a un piso con una habitación menos. La falta de espacio se nota, así que alquilamos un trastero cerca de casa para no tener que deshacernos de cosas que todavía queremos utilizar”, dice Ángel Aguilar, que paga 60 euros mensuales por el servicio.
Este jubilado madrileño podría representar al usuario tipo de los trasteros de alquiler, un negocio que crece con fuerza por el aumento de la demanda debido sobre todo a la falta de espacio en las viviendas urbanas y por los precios moderados de las naves industriales donde se ubican, con instalaciones con un bajo coste de mantenimiento para las empresas.
Según los datos de la Asociación Española de Self Storage (AESS), en España ya existen unos 300 centros de este tipo de almacenaje, un 10% más que el año pasado. Desde la asociación perciben un cambio significativo en esa demanda: no hace mucho los clientes eran usuarios circunstanciales que en su mayoría necesitaban un almacenaje extra durante un tiempo corto, por una mudanza o una reforma. Ahora los alquileres son más estables y prolongados.
Las empresas de la asociación apuntan estas cinco razones como las más habituales para hacerse con un trastero:
- Lograr más espacio en casa. Vamos acumulando objetos y enseres hasta que no sabemos dónde meterlos.
- Cambios a viviendas más pequeñas, como en el caso de Ángel Aguilar.
- Mudanzas y reformas.
- Traslados al extranjero. Bien porque tienen la intención de regresar o para poder ir realizando la mudanza con pausa.
- Almacenaje de material de actividades de ocio: equipamiento deportivo, herramientas de bricolaje, coleccionismo…
Una solución logística para las empresas
Pero no solo cada vez más particulares se suman a esta tendencia de arrendamiento. Empresas pequeñas encuentran en ello una solución logística a su falta de espacio, bien para archivar material o como almacén del negocio.
Es el caso de Wildreamers, una tienda online de ropa cuyas propietarias, Laura Carranco y Ana Moreno, guardan su stock en un trastero que les permite variar el espacio según lo precise su facturación y, además, cuentan con los sistemas de seguridad que proporciona la empresa de alquiler.
Es cuestión de espacio, pero también de rentabilidad, que solo es posible si los costes son asequibles. El precio medio de los trasteros se sitúa entre los 30 y los 200 euros mensuales (entre 20 y 50 euros el metro cuadrado), dependiendo de:
- Su ubicación. Son más altos en Madrid y Barcelona, pero también se fijan en función de su cercanía a los núcleos urbanos y su accesibilidad.
- El espacio que ofrecen. Tanto en superficie como en altura.
- El tiempo. El alquiler se reduce en proporción a la duración del contrato: cuanto más largo, mejores condiciones se consiguen. Aunque las empresas también adaptan sus tarifas a marcos de tiempo determinados para no tener que pagar todo un mes cuando solo se utilizará un par de semanas.
Contar con un espacio extra siempre es una buena solución, pero también puede ser una inversión inteligente. Según el portal Invertia, adquirir un trastero para luego alquilarlo puede generar una rentabilidad anual de entre el 7,5% y el 8,5%. O más aún si se cuentas con descuentos como los que encontrarás en BBVA Vivienda.