Siglos de historia tras la puerta

Equipo de Redaccion

Atravesar sus puertas es hacer un viaje al pasado. Joyas arquitectónicas, testigos del ayer… Andalucía esconde multitud de casas palacio, hoy museos, hoteles o, simplemente, viviendas. Hogares de antiguos señores, de actuales aristócratas y siempre majestuosas.

Es el caso de la Casa Palacio de Mengíbar, en Jaén, hoy convertido en hotel, que esconde siglos de historia tras sus férreas paredes.

Más de 700 años en pie en los que no siempre fue casa ni palacio. De hecho, en sus orígenes este bello edificio formó parte de una fortificación árabe, de la cual aún podemos contemplar el aljibe original, hoy sala de relajación y spa del hotel.

Tampoco fue casa ni palacio durante la Guerra de la Independencia, sino cuartel general de Teodoro Réding, general de las tropas españolas en su lucha contra los franceses.

Durante la Guerra Civil española  sus muros protegieron un Hospital de Sangre para los combatientes.

Morada y hogar de familias de la nobleza española durante ocho siglos, la Casa Palacio de Mengíbar ha acogido entre sus paredes a los Sotomayor, los Barrionuevo, los Messía, los Ponce de León y los Osorio y de la Chica, sus actuales propietarios. Alojarnos hoy en él hace que casi podamos sentirnos parte de tan nobles estirpes.

Entre el mar y la montaña

Biombos chinos con incrustaciones en nácar, muebles del siglo XVI, relojes de pared, un piano de cola… Como auténticos aristócratas podremos sentirnos también en la Casa de los Bates, un precioso palacio del siglo XIX que esconde la granadina localidad de Motril.

En lo alto de una colina con vistas al mar, a la montaña y al castillo de Salobreña, la Casa de los Bates es el corazón de una finca de más de 20.000 m2, con frondosos jardines repletos de centenarias palmeras, naranjos, limones, plataneras, magnolios…

Casa de los Bates

Y, ¿por qué ese nombre? Pues en honor a Bates, un botánico inglés al servicio de los Reyes Católicos que, tras la caída del reino nazarí, obtuvo el privilegio de instalar su hacienda allí.

En Sevilla seguimos nuestro palaciego recorrido. Eso sí, en esta ocasión ya no es posible alojarnos en las habitaciones de la casa que nos ocupa a no ser que nos inviten sus dueños. Hablamos de la Casa Pilatos, hoy residencia habitual de los duques de Medinaceli.

Casa Pilatos

Tal vez sea la casa palacio más conocida de Sevilla y una de las más populares de Andalucía. A ello, sin duda, ha ayudado su coqueteo con el cine; y es que esta casa ha sido escenario de numerosas películas.

Construida en 1483 por deseo expreso de Pedro Enríquez de Quiñones (IV Adelantado Mayor de Andalucía) y su segunda esposa Catalina de Ribera, la Casa Pilatos combina el estilo renacentista italiano con el mudéjar español y está considerada prototipo de palacio andaluz.

Tal vez sea por su patio, con su fuente en el centro, celosamente guardado por la diosa Palas y 24 bustos de emperadores romanos y españoles y otros personajes relevantes (Mario, Marco Agripa, Valerio, Trajano, Tiberio, Vitelio, Lucio Vero, Antonio Pío, Marco Tulio Cicerón, Carlos V, entre otros); o por sus maravillosos jardines, engalanados con artesonados, zócalos y las rejas de estilo plateresco.

Casa Pilatos

Sea cual sea la razón, bien merece una visita. Como la merecen la Casa de Salinas, en Sevilla y ejemplo de la perfecta unión del mudéjar y el gótico; el Palacio de Mañara, también en la capital hispalense, ubicado en la antigua judería de la ciudad; el Palacio de Viana y sus doce patios, en Córdoba…

Una forma diferente de descubrir Andalucía; atravesando las puertas de palacios, conociendo su historia y, con ella, la nuestra.

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