Los constructores de viviendas de lujo pretenden que sus propiedades sean diferentes, únicas e incluso sorprendentes para lograr atraer a los compradores más exclusivos. Una ubicación perfecta, diseños vanguardistas, calidades extras… Y, ¿por qué no, una piscina transparente y “flotante”?
Esa es la idea que ha tenido Ballymore, la promotora del complejo residencial Embassy Gardens, situada en el céntrico distrito Nine Elms de Londres. Bautizada con el nombre de Sky Pool, es una piscina que, dentro de dos años, cuando finalice el proyecto, conectará las azoteas de dos bloques de apartamentos de 10 pisos y tendrá una longitud de 25 metros.
Los afortunados propietarios de estas viviendas, cuyo coste rondará los 850.000 euros, podrán pasar nadando de un edificio a otro mientras miran hacia la calle, 35 metros más abajo, a través de las paredes, fabricadas con un material acrílico transparente de 20 centímetros de grosor. Además podrán disfrutar de un spa y un bar en ambas terrazas, con vistas al Támesis y al Parlamento.
El proyecto ha levantado algunas suspicacias sobre su seguridad, pero el hecho es que los constructores ya cuentan con los permisos de obra. Para solventar cualquier traba, han recurrido a ingenieros especializados en diseños acuáticos y a expertos en grandes acuarios.
Más allá del análisis sobre la resistencia necesaria del material que se emplee, se ha determinado que las paredes del recinto deben tener una altura de 3 metros para evitar cualquier riesgo de caída. La profundidad del agua no podrá ser superior a los 120 centímetros en el tramo del puente –aunque aumentará en las zonas ubicadas en cada azotea–, lo que no solo mantendrá a distancia a los nadadores del borde superior de la piscina, sino que también limitará el peso del agua que contenga.
En las imágenes en 3D que han distribuido los responsables del proyecto se puede apreciar su espectacularidad, aunque hay que hacer una apreciación: la anchura que se muestra en algunas reproducciones –prácticamente la misma que la de los edificios– es engañosa. La Sky Pool parece que tendrá solo 4,5 metros de ancho, precisamente para aligerar en lo posible la estructura.
“La idea de esta piscina surge del deseo de llevar al límite la capacidad de la construcción y la ingeniería. Quería hacer algo que nunca se hubiera hecho antes –ha comentado Sean Mulryan, CEO de Ballymore–. La experiencia de nadar en la Sky Pool será realmente única, como flotar en el aire en pleno centro de Londres”.