Adquirir una vivienda suele ser la gran inversión de nuestra vida, de modo que debemos saber muy bien lo que compramos y a quién lo hacemos. Cuanto más dinero esté en juego, más peligro existe de que individuos con pocos escrúpulos intenten aprovecharse de nosotros.
El mejor antídoto contra ese riesgo es la información. Por eso, si estás pensando en hacerte con una vivienda, conviene que conozcas cuáles son los fraudes más frecuentes y cómo descubrirlos. El portal pisos.com ha realizado un estudio al respecto y advierte sobre estas cinco prácticas ilegales.
- Un falso propietario te quiere vender la casa. Suele ocurrir con viviendas que pasan largo tiempo desocupadas. El estafador ofrece al interesado una operación rápida a un precio inferior al del mercado. Para comprobar que el vendedor es el auténtico propietario basta acudir al Registro de la Propiedad y pedir toda la información sobre la vivienda. Allí aparecerá, entre otros datos, el nombre del titular.
- Se ocultan los gravámenes de la propiedad. La hipoteca, los posibles embargos o las derramas que soporta la vivienda tienen que ser asumidos por el vendedor. A veces se intenta eludir esa obligación realizando la venta sin informar de esas cargas para que las asuma el comprador. En el Registro de la Propiedad también figuran los gravámenes, si es que los tiene. Al mismo tiempo, es necesario consultar al presidente de la comunidad de vecinos para saber si existen derramas o deudas comunitarias.
- Se simula un contrato de arras. Es habitual que se firme un acuerdo de venta anticipando una señal. En algunos casos, una vez pagado el dinero se descubre que el vendedor no era el propietario o éste no reconoce el documento como válido. La consulta al Registro de la Propiedad se debe realizar antes de firmar ningún acuerdo y para evitar cualquier riesgo, formalizar el contrato de arras con la intermediación de un abogado o de una agencia inmobiliaria.
- Se exige una parte del pago en negro. De esa forma el vendedor reduce la cuantía del impuesto por la plusvalía y el comprador, al escriturar por debajo del precio real, paga menos por el IVA o el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP). Es una infracción sujeta a fuertes multas y, además, puede penalizar al comprador cuando en un futuro venda la casa ya que al figurar en la escritura un precio inferior al de mercado, la diferencia con el precio de venta será mayor y, por tanto, pagará más por la plusvalía.
- Una compra sobre plano fraudulenta. Existen promociones de vivienda que son una estafa desde el principio o bien sus responsables llevan a cabo una gestión irregular de los fondos adelantados por los futuros propietarios de manera que no se llega a construir. Para conocer la solvencia de la empresa promotora hay que acudir al Registro Mercantil. Allí nos informarán sobre la actividad habitual de la empresa, si dispone de licencia de obra o si debe hacer frente a denuncias o deudas.
Además de estos cinco fraudes, habría que realizar un estudio técnico de la vivienda en venta para averiguar si sufre defectos ocultos: estructurales, de habitabilidad o de acabado. Si es así, para realizar la operación debería exigirse la reparación de los daños o la rebaja del precio de la vivienda en una cantidad que cubra el coste de la reforma.