No podemos vivir sin electrodomésticos. Nos ahorran tanto tiempo y esfuerzo que ni reparamos en lo que nos cuesta usarlos cada día. De hecho, nadie es capaz de cuantificar el consumo de una lavadora o de un horno, aunque supone una parte muy importante de la factura eléctrica.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) se propuso averiguar en detalle cómo se reparten los gastos energéticos en un hogar medio. Con ese objetivo monitorizó 600 domicilios situados en diferentes regiones (200 en el interior, 200 en la costa mediterránea y otros 200 en la costa atlántica).
Del estudio «Análisis del consumo energético del sector residencial en España» se desprende que una familia tipo española consume 10.521 kilovatios hora al año, distribuidos de la siguiente forma:
- Calefacción y agua caliente: 65,9% del total. Con diferencia, la mayor partida.
- Electrodomésticos: 21,7%, la segunda más importante.
- Cocinar: 7,4%.
- Iluminación: 4,1%.
- Aire acondicionado: 0,8%.
Tras confirmar el peso económico de estos aparatos en el presupuesto doméstico, el IDAE ha calculado individualmente el consumo porcentual de los que se utilizan con mayor frecuencia:
- Frigorífico: 30,6%.
- Televisor: 12,2%.
- Lavadora: 11,8%.
- Horno: 8,3%.
- Ordenadores: 7,4%.
- Congeladores: 6,1%.
- Lavavajillas: 6,1%.
- Secadoras: 3,3%.
La nevera resulta ser uno de los principales agujeros energéticos de la casa, según estos datos. Consume tanto como la lavadora, el televisor y el lavavajillas juntos.
Pistas para el ahorro
Visualizar de esta forma la distribución del gasto te puede ayudar a tomar decisiones de ahorro más eficaces. Obviamente, el mejor punto de partida es adquirir electrodomésticos guiándote por su etiquetado energético. Debes tener en cuenta que los más eficientes son los más caros, por lo que si el presupuesto no te llega para comprar todos del tipo A, al menos debes intentar hacerlo con los que más gastan.
Además, hay que moderar en lo posible el consumo de cada uno de ellos, en especial del frigorífico, procurando apagarlo siempre que vayas a permanecer fuera de casa varios días. Gesto que también ayudará a prolongar su vida útil. Igualmente, deberías utilizar la lavadora y el lavavajillas sólo cuando estén completamente llenos, y no dejar encendidos el televisor o el ordenador aunque nadie los mire.
Otro de los objetivos importantes para garantizar tu ahorro es eliminar el stand-by, visible por esos puntitos rojos o verdes que te indican que el aparato está ‘en espera’, o dicho de otra forma, que está gastando electricidad sin sentido. Sólo necesitas desenchufarlo.
El mismo estudio del IDAE revela que ese consumo invisible representa nada menos que el 7% del total en el hogar, lo que traducido a metálico significa entre 40 y 100 euros anuales. Pero no se trata sólo de dinero, también de contaminación. Por ejemplo, el stand-by de un televisor de 42 pulgadas consume 3 kilovatios anuales, es decir, 17 kilogramos de CO2.
La división por regiones del trabajo del IDAE les ha permitido matizar algunas de las conclusiones generales: los hogares de las zonas más frías gastan más en calefacción; en las más calurosas se incrementa el consumo de aire acondicionado; y en las más húmedas se utilizan con más frecuencia las secadoras.
Datos conocidos u obvios, pero probablemente te sorprenda saber que en las regiones del Mediterráneo los electrodomésticos suponen un porcentaje mayor del consumo energético (gastan más) porque la humedad y las temperaturas cálidas afectan a los ciclos termodinámicos. Cosas de la física.