¿Playa o montaña? El turismo rural te ofrece lo mejor de ambos planes

Equipo de Redaccion

Desde 2014, el turismo rural está de enhorabuena y las cifras lo corroboran: mayor número de pernoctaciones, mayor precio por noche y más viajeros que nunca. Descubre por qué el turismo rural está de moda.

Se acerca el verano y hay que ir preparando las vacaciones. Por eso, en estas fechas crecen las búsquedas en internet de casas ubicadas “cerca de la playa”, para disfrutar del mar y a la vez de un entorno campestre. Crecen las necesidades de pasar tiempo en lugares alejados del ruido y de la gran ciudad, dos de las razones por las que el sector goza de buena salud. De hecho, en marzo de 2017 hubo 1.283.928 viajeros que optaron por este tipo de vacaciones, siendo la estancia media de 5,2 noches por persona. En otras palabras: 6.618.138 pernoctaciones, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Otro dato curioso, según Escapada Rural, la web especializada en este tipo de alojamientos extra-hoteleros, en España hay más de 15.700 casas, un 8% más que hace dos años. Las cifras no engañan y por eso es fácil suponer que el turismo rural es un buen negocio en los tiempos que corren.

¿Es rentable?

Todo apunta a que sí. Dicen los expertos que es un buen momento para emprender un negocio rural,  ya que un establecimiento de estas características requiere una inversión inicial menor en el campo que en la ciudad. Y más si partimos de un inmueble heredado, aunque tampoco hay que confiarse porque ponerlo en marcha es tarea complicada. “La rentabilidad de un establecimiento rural se consigue con una ocupación media del 40%. Aunque no parezca mucho, sí puede llegar a ser difícil de alcanzar si no se dan ciertas condiciones. Está claro que casi cualquier alojamiento conseguirá un 100% de ocupación durante los períodos estivales, especialmente en julio y agosto, seguido del 50% de ocupación durante junio y septiembre, Semana Santa y puentes. Lo difícil es conseguirlo en invierno, pero sobre todo, obtener una ocupación razonable en los días laborables y en los fines de semana no vacacionales. El propietario que consigue una buena ocupación en estos períodos se lleva el gato al agua”- apunta Mario del Real, director de TurismoRural.com, portal que cuenta con un amplio directorio de alojamiento y empresas del sector.

Otro de los factores clave para asegurar el éxito es la localización: “En el caso de un destino muy popular siempre será más fácil que se den buenos índices de ocupación, aunque bien es cierto que un destino demasiado popular se llena, pero a costa de bajar los precios”, añade Mario del Real.

Sin embargo, la amortización se consigue a largo plazo. Es decir, si lo que buscamos es un negocio que rente rápidamente, olvidémonos de este tipo de negocio. Según un estudio realizado por TopRural, el gasto medio en España en hospedaje fuera de la urbe es de 33€ por turista y día. Por otro lado, los alemanes son los europeos más generosos, ya que son los que más gastan en este tipo de alojamientos en nuestro país, con una media de 80€ por persona y día.

 

Lo que valoran los clientes

No cabe duda que es importante mimar a los viajeros que cada vez son más exigentes. De hecho, las casas rurales con más éxito en España lo tienen porque reúnen la mayoría de los requisitos que más valoran los clientes: estar aislada o en un municipio de menos de 1.500 habitantes, sus habitaciones tienen como mínimo 12 metros cuadrados, la arquitectura del hospedaje es tradicional y por supuesto, no renuncian al confort.

Viajar en familia supone un gasto importante y para este tipo de vacaciones hay hospedajes, albergues, posadas y hoteles que se ajustan a todos los bolsillos. Pero además del factor económico, para los niños es un plan excelente ya que este tipo de vacaciones es una forma de explorar y descubrir otros entornos diferentes a los de la gran urbe.

Practicar deportes al aire libre, montar a caballo, pescar, hacer montañismo o senderismo es otro de los beneficios que ofrece este tipo de vacaciones, llegando a ser incluso terapéutico conectar con la naturaleza. La cercanía de la gente que vive en estos pueblos es otro de los rasgos que más valoran los viajeros, acostumbrados al anonimato de la gran ciudad, así como la posibilidad de disfrutar de los productos cultivados de forma natural o de un buen vino. Y todo esto, sin tener que renunciar a las comodidades de la metrópoli, ya que hay hospedajes equipados con conexión wifi o con jacuzzi, si es lo que buscamos.

Pasión por el trabajo

Actualmente, alrededor del 70% de los propietarios son pequeños negocios de casas rurales, personas que tienen ingresos habituales, pero que cuentan con otras propiedades habilitadas para el alquiler legal de alojamientos (casas y apartamentos rurales). “Estas son personas que tienen su origen en los propios pueblos en los que se encuentran estas posadas, promovidas con fondos europeos desde hace décadas para evitar el despoblamiento rural. El resto lo componen urbanitas que regresan al campo, abandonando la ciudad en busca de una nueva forma de vida, invirtiendo con seguridad y conocimiento. También  existe otro gran grupo formado por empresas que deciden invertir en este negocio porque ven que es rentable”, confiesa Mario del Real. Pero también está naciendo una nueva generación de jóvenes con estudios que huye del paro y apuesta por una vida rodeada de naturaleza, con la esperanza de forjarse un futuro laboral.

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