Lista de superviviencia para nuevos inquilinos

Equipo de Redaccion

Las dudas entre comprar o alquilar son todo un clásico, como pudimos ver en una de nuestras últimas infografías. Pero, supongamos, que esa decisión ya está tomada: vas a buscar una casa para alquilar.

Quizá no se trate de una decisión de tan largo plazo como la de comprar, pero eso no lo convierte en una decisión fácil. Mudarse conlleva dinero, energía y un tiempo de búsqueda considerable. Por eso, si estás pensando en cambiar de casa (o en emanciparte) te recomendamos que no te dejes llevar por la primera impresión ni elijas por criterios poco racionales.
Aquí te dejamos con una lista de cosas imprescindibles para que medites y no te precipites al tomar ninguna decisión. ¿Se te ocurre alguna más?

Antes de empezar a buscar

¿Te has planteado si de verdad perece la pena cambiar de casa o si es el momento de emanciparte? No te dejes llevar por un impulso momentáneo. Según en qué ciudades, el alquiler puede suponer un importante porcentaje de tus ingresos. Si la decisión está clara, empieza con la lista.
Cada persona tiene sus criterios: aunque en general la mayoría prefiere una casa con mucha luz, con una buena distribución de habitaciones, fácil de limpiar, etc., hay casos particulares en los que quizás prefieras una casa diferente (con menos luz, si estás poco tiempo en la vivienda; con una distribución especial en casos en los que se trabaje en casa, por ejemplo, etc.).

Búsqueda

 

  Márcate un precio máximo.
  Acota la zona en la que quieres buscar.
  Piensa en las necesidades de espacio en un plazo de tiempo medio (1 – 2 años).
  Decide si la quieres amueblada o sin amueblar.
Estas preguntas, relativamente básicas, son las más importantes. Por ejemplo, los muebles no sólo suponen un cierto desembolso (algo que podrás comprobar echando cuentas en tiendas online), también serán algo que condicione futuros alquileres: las casas amuebladas ya no serán una opción tan válida.

Revisando anuncios

 

  El anuncio cumple los requisitos iniciales que te has marcado.
  La casa tiene aire acondicionado (en caso de que vivas en una zona calurosa).
  La casa tiene calefacción.
  Buen estado de los muebles (en caso de quererla amueblada).
  La vivienda está bien aislada.
  Ten en cuenta el sobreprecio (en base anual) en caso de que el piso sea de agencia.
Si tienes poco tiempo, es importante que priorices: ¿de verdad merece la pena que vayas a ver esa casa? Si no encaja en tus criterios, ahorra tu tiempo (y el del casero o agente).

Planeando la visita

 

  El casero o casera parece simpático
Aunque en general no vayas a ver mucho al propietario una vez cerrada la transacción, es importante «calar» su personalidad: si surge algún problema necesitarás su ayuda.

En la visita

 
  La realidad se ajusta a las fotos.
  Los electrodomésticos funcionan.
  Comprueba la luminosidad, te recomendamos que hagas siempre las visitas durante las horas de luz solar.
  Comprueba que están los electrodomésticos que deberían estar según el anuncio y su estado.
  Comprueba los interruptores.
  Comprueba el aislamiento.
  ¿Calefacción central?
  ¿Calefacción individual?
Si visitas una casa en verano seguro que te fijas en si la casa es «fresca» o no, en si hay aire acondicionado o no… Pero dentro de unos pocos meses llegará el invierno y te puedes arrepentir de que no haya calefacción.
En general, una casa «fresca en verano» es también «caliente en invierno». En esto influyen muchos factores, desde la orientación a las condiciones de las ventanas.
Otra cosa: si la calefacción es central y la comunidad la paga el casero, podría ser un ahorro importante.

Revisando las condiciones y negociando

 

  Los gastos de comunidad los paga el propietario.
  Pregunta si es necesario aval bancario.
  Hay contrato.
  Revisa las condiciones de la fianza (¿cuántos meses?).
  Ten en cuenta la comisión de la agencia (en caso de no ser piso particular).
Generalmente, sólo nos fijamos en el precio mensual, pero para poder comparar viviendas en igualdad de condiciones deberías tener en cuenta también:
  • Gastos de Comunidad. Normalmente la paga el dueño, pero es bueno asegurarse.
  • Aval bancario. Depende de la cantidad, puede ser un importante sobrecoste al mes. En caso de ser obligatorio tenlo en cuenta a la hora de calcular el precio final.
  • Comisión de agencia. Como norma habitual será un mes del importe de alquiler. Una forma sencilla de incorporarlo a tus cálculos es dividir el precio de un mes entre doce y sumarlo a la cuota mensual: te resultará más fácil comparar precios si «mensualizas» este gasto.
  • Fianza. Una parte de tus ahorros estará en manos de otra persona mientras dure el alquiler. Es algo a tener en cuenta: deberías tener unos ahorros extra para imprevistos y contar con que no podrás invertir o gestionar ese dinero. Un mes de fianza es lo habitual, más de dos suele ser algo exagerado.

Es la casa, ¿qué más debería mirar?

 
  Revisa el contrato con algún experto.
  Pide los datos del seguro de la vivienda.
  Realiza un inventario de lo que hay en la casa junto al casero.
  Guarda a mano los datos de contacto del casero.
Si ya te has decidido por una casa, que cumple tus criterios y tus necesidades, has revisado las condiciones y crees que es la adecuada, ya sólo te queda revisar los últimos flecos.
Es importante tener el contacto del propietario a mano, nunca se sabe cuándo lo necesitarás.

Finalmente

 
  Disfruta de tu casa 😉

Descarga esta lista en PDF para tenerla a mano.

 Foto: @ Victor1558 , distribuida con licencia Creative Commons CC BY 2.0 
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