Omar Kbiri, un relaciones públicas holandés, estaba buscando casa con su novia cuando le asaltó el miedo al fracaso: ¿y si la relación no iba bien? ¿Qué harían con la casa? Un amigo acababa de tener una mala experiencia con su separación y no quería pasar por lo mismo, de manera que se puso en contacto con el estudio de arquitectura OBA para proponerles una idea: diseñar una construcción que pudiera dividirse en dos fácilmente si surge la necesidad de hacerlo.
El resultado es el Prenuptial Housing (Casa Prenupcial), una vivienda flexible “para quienes se atrevan a admitir que el futuro siempre es incierto y formada por diversas unidades que puedan conectarse y desconectarse sin demasiado esfuerzo”, explica el arquitecto Xander den Duijn, de OBA.
Se trata de desarrollar con otra utilidad la edificación modular, un sistema cada vez más popular ideado en principio para reducir los tiempos de construcción, ahorrar costes y permitir que la casas crezcan según las necesidades de los propietarios.
En este caso, “logramos que dos unidades prefabricadas se vean como una. Las dos se abrazan y dan forma a una casa moderna – añade Den Duijn–. La construcción consiste en ligeros elementos de fibra de carbono y una capa semitransparente de madera que mejora la unidad y la posibilidad de adaptarse a diferentes entornos”.
Los materiales utilizados y el aislamiento previsto permiten que la vivienda también pueda ‘flotar’ en algunos de los canales que recorren la mayoría de las ciudades holandesas. Bastaría un sistema de anclaje, al fondo y a la orilla, que debería facilitar así mismo una posible separación en dos.
¿Qué hacemos con la cocina y el baño?
El mayor inconveniente en el desarrollo de la idea fue la división de la cocina y el baño. Aunque los elementos de esas estancias no podrán compartirse, será posible modular los espacios para convertirlos en habitáculos autónomos, con un tamaño más reducido pero el mismo servicio.
Todo está pensando para que se transforme en dos viviendas independientes, pero sin renunciar por ello a que la distribución se ajuste a los deseos o gustos de los propietarios. Así, se ofrecerán varias posibilidades de diseño interior, modificando espacios con paneles de fácil colocación.
Construir la casa como un Tetris hace que se pueda reducir, pero que, en caso de que lleguen los niños, también pueda ampliarse en vertical o en horizontal, aunque respetando la configuración que permitiría dividirla más adelante.
Si surge la necesidad de vivir solo de nuevo, las dos mitades podrían seguir compartiendo terreno o bien sería posible trasladar una de las partes a cualquier otra ubicación. En el caso de que fuera una casa sobre el agua, el proceso sería más sencillo ya que bastaría llevarla flotando hasta el nuevo emplazamiento.
El estudio OBA ya ha recibido numerosos encargos tanto de particulares como de empresas (los negocios pueden ser tan inciertos como los matrimonios), y se prevé que las primeras unidades de Prenuptial Housing estén instaladas para principios de 2017, ¿qué opináis?
Foto: Estudio OBA