La arquitectura cada vez está más comprometida con el medio ambiente, razón por la cual cada vez es más frecuente que proyectos sostenibles vean la luz. Es el caso de Hypérion, una torre cuyo principal material es la madera y que se alzará en Burdeos como la más alta del mundo construida en este elemento. Sus 57 metros de altura acogerán viviendas, oficinas y tiendas, y supondrá un antes y un después en el mundo de la arquitectura. ¿Quieres conocer más detalles de este impresionante edificio?
Se hará realidad en 2020
Aunque aún no han comenzado las obras de construcción, lo harán a partir del año 2017 a cargo del estudio de arquitectura Jean Paul Viguier & Associés, en asociación con Eiffage and Woodeum. Y no será hasta el año 2020, cuando previsiblemente finalicen.
El proyecto significa mucho más que levantar un edificio de madera de grandes dimensiones; se trata de rediseñar el plan urbanístico donde estará ubicada la torre, próxima a la estación de trenes de Burdeos conocida como tramway. De hecho, las autoridades francesas han adelantado que el proyecto lo completará otra torre llamada Silva, situándose cada una de las construcciones a ambos lados del tramway.
¿Cómo será estéticamente Hypérion?
El proyecto será visualmente muy atractivo, una pieza vanguardista que no pasará desapercibida en el skyline de Burdeos. El complejo tendrá diferentes alturas aunque la torre principal estará compuesta por 82 viviendas con grandes volúmenes.
No se trata de un cubo, sino de un entramado de balcones voladizos que entran y salen de manera natural del interior de los hogares, como si de las ramas de un árbol gigante se tratara. Desde las viviendas, se podrán contemplar preciosas vistas de la ciudad de Burdeos, gracias a la orientación de la construcción. Además, sus habitantes gozarán del aislamiento acústico que ofrece un material tan cálido como el leño.
En los techos de los edificios, se contemplan cubiertas vegetales o jardines, con el fin de aprovechar estos espacios y reducir de manera sostenible la contaminación. Gracias a la luz que bañará la torre se aprovechará la energía solar para calentar el edificio, reduciendo el consumo energético.
El edificio contará con 18 alturas, de las cuales 4.000 m2 (con subíndice) serán destinados a oficinas, 500 m2 (con subíndice) a tiendas y el resto, a viviendas. Y todo, en el corazón de la ciudad.
Un compromiso con la sostenibilidad
Muchos ya conocen el proyecto como “el árbol vivo más alto del mundo”, y es que los 57 metros de altura que tendrá se convertirán en un ejemplo de arquitectura sostenible en el mundo.
Se usará madera contralaminada, un material que garantiza su procedencia sostenible y ecológica, ya que durante su producción se han utilizado productos naturales que no generan residuos. Se compone de láminas que, tratadas con presión y colocadas con forma de cruz, se convierten en placas macizas. Es cierto que este sistema ya ha sido usado en edificios públicos, locales y puentes, pero el reto ahora es elevar una torre con semejantes dimensiones destinada a viviendas.
Aunque ya conocemos su principal componente constructivo, será necesario revestir la estructura principal de hormigón, con el fin de asegurar su estabilidad y por supuesto, la seguridad de quienes vivan y trabajen en él.
Las propiedades de la madera
La principal cualidad de este elemento es que en lugar de emitir carbono, lo absorbe. En otras palabras, será un edificio sostenible y responsable con el medio ambiente, ya que sus emisiones de CO2 serán muy reducidas. Según el cálculo realizado por algunos expertos, dadas sus dimensiones, la torre almacenará 1000 toneladas de dióxido de carbono. Es decir, lo equivalente a la cantidad de carbono que emitiría un edificio similar a lo largo de 9 años.
Otro de los grandes retos a los que se enfrentan sus arquitectos es demostrar que es la madera es apta para construir edificios de grandes alturas, ya que aunque la estructura principal será de hormigón, el resto de las superficies serán de leño, obteniendo como resultado un edificio muy resistente a la vez que ligero. Sin dudas, un desafío para la arquitectura contemporánea que rozará el cielo de Burdeos en pocos años.
Foto: Jean Paul Viguier & Associés