Las previsiones no son muy halagüeñas: se estima que en 2050 el planeta contará, con al menos, 1.100 millones de habitantes más que actualmente (y ya somos 7.700 millones), de los que ocho de cada diez vivirán en ciudades, según datos de la ONU. Dickson Despommier, doctor en biología y profesor de la Universidad de Columbia, estima que para dar respuesta a las necesidades alimentarias de la población será necesario aumentar la superficie destinada a cultivo en una proporción mayor a la que ocupa Brasil… y la mala noticia es que el 80% del suelo fértil de todo el mundo ya está ocupado.
Así las cosas, parece necesario buscar una alternativa a los métodos tradicionales de cultivo de cosechas y crianza de animales. El propio Despommier introdujo, a finales de los años 90, el concepto de granja vertical como solución alternativa para alimentar a los habitantes del planeta en el siglo XXI.
Remedios contra un futuro de escasez
Ante el previsible aumento poblacional y de escasez, el estudio parisino de diseño NAB ha cogido el guante de Despommier y ha proyectado Superfarm, un edificio con una granja en su interior concebido para ser construido en el centro de una gran ciudad. Superfarm no sólo atajaría parte del problema espacial sino que también ganaría en eficiencia y sostenibilidad respecto a los cultivos y las granjas actuales.
Evidentemente, con una menor distancia a recorrer entre el lugar de producción hasta el consumidor final, se reduciría el consumo de agua y energías fósiles. Además, el sistema de producción propuesto asegura la producción de alimentos más nutritivos que los resultantes de la agricultura a gran escala en suelos adulterados por fertilizantes químicos, insecticidas o herbicidas.
Superfarm se centraría en la producción de alimentos especialmente valiosos a nivel nutricional (ricos en vitaminas, minerales, fibras, aminoácidos, antioxidantes…) llamados a complementar una alimentación saludable. En esta súper granja se producirían o criarían diversos frutos, algas, pescados, miel e incluso insectos.
Una granja de seis pisos
El primer prototipo de de granja vertical conceptualizado por studio NAB se ubicaría sobre las aguas de un río a su paso por el centro urbano. El edificio ocuparía 12 metros cuadrados en su base y contaría con una altura de 34 metros y un total de seis pisos. Con una estructura de pirámide invertida, cada piso aumenta progresivamente en superficie, de forma que se optimiza el uso del suelo urbano mientras, de forma paralela, se liberaría suelo agrario para dedicar a otros recursos.
La granja, además, sería autosuficiente desde el punto de vista energético gracias a los paneles solares y a los molinos de viento situados en su azotea y a un sistema de recogida y reaprovechamiento de agua.
Fuente: Studio NAB
La granja y la ciudad
Esta súper granja contaría también con un área comercial accesible a los ciudadanos y suministraría a supermercados y restaurantes cercanos. Su presencia revitalizaría la economía local gracias a la creación de nuevos puestos de trabajo.
Aunque superfarm, por el momento, se trata de un concepto que suma complejidad a las granjas verticales ya existentes (como, por ejemplo, las neoyorkinas Farm.One, donde se cultivan flores y plantas aromáticas que sirven a restaurantes locales en bicicleta o la japonesa Mirai, que produce en Tokio la friolera de 10.000 lechugas al día libres de químicos), se perfila como una solución ética, saludable y sostenible que podría ayudar a dar una respuesta a los retos de un futuro que, con toda probabilidad, cambiará la configuración de las ciudades tal y como las conocemos y que con suerte, conseguirá dejar suficiente espacio libre para en la tierra para el desarrollo de los ecosistemas naturales.