En 2009, una familia tardaba de media siete años y cuatro meses en cambiar de vivienda. Casi diez años después, ese tiempo se ha duplicado, hasta los 14 años y ocho meses. El dato forma parte del Anuario de la Estadística Registral Inmobiliaria 2018, elaborado por el Colegio de Registradores y publicado recientemente.
Es evidente que la pasada crisis hizo mella en la confianza de los compradores, de manera que ahora las decisiones son más prudentes. Como se explica en las conclusiones de ese informe, “conforme nos alejamos del anterior ciclo alcista, con un alto componente especulativo en la transmisión de vivienda, el periodo medio de posesión se alarga, dando lugar a un mercado más caracterizado por usuarios e inversores de largo plazo”.
Por tanto, estamos en una fase protagonizada por los propietarios-usuarios y por quienes han puesto en alquiler una de sus viviendas para aprovechar la fase expansiva de este mercado.
Siempre según las cifras aportadas por el Colegio de Registradores, el 70% de los propietarios llevan residiendo de media 15 años en el mismo domicilio y solo un 10% compró su casa hace menos de cinco años. Esto supone que ahora el crecimiento del sector es más lento y sostenido.
Diferencias según la superficie
La tipología de la vivienda da algunas pistas sobre la permanencia de los propietarios. La mayor estabilidad se da entre los residentes de casas de tamaño mediano, entre 60 y 100 m2. De 60 a 80 m2 la media se sitúa en los 14 años y nueve meses; de 80 a 100 m2 se eleva a algo más de 15 años.
Generalmente son hogares con familias poco dadas a cambios frecuentes. La tendencia es la contraria según se reduce el tamaño de los pisos por ser ocupados por propietarios solteros o parejas jóvenes sin hijos, con un mayor grado de movilidad. Así, los menores de 40 m2 permanecen en las mismas manos una media de 13 años y un mes.
Los que superan los 100 m2 tienen una permanencia de 14 años y siete meses, algo inferior a las viviendas de tamaño mediano. La pequeña diferencia puede radicar en que sus propietarios suelen contar con un mayor poder adquisitivo, lo que proporciona algo más de seguridad para una nueva inversión.
Diferencias por comunidades autónomas
La disparidad es mucho más notable cuando comparamos el periodo de permanencia entre autonomías. En esta parte del estudio se aprecia la influencia de la renta media de sus habitantes, pero también cuestiones culturales que tienen que ver con el apego. La horquilla es amplia: desde los ocho años y ocho meses de La Rioja (la más baja), pasando por los 12 años de la Comunidad de Madrid, los 16 años y medio de Cataluña y los 17 años y ocho meses de Extremadura, hasta los 18 años y nueve meses del País Vasco.