Si la juventud y la vida adulta de los millenials y de la generación X es muy diferente a la de sus padres, es de esperar que la vejez de aquellos diste mucho de la de sus padres y abuelos. ¿Cómo será la vejez de las últimas generaciones? Por lo pronto, parecen preocupadas de asegurarse un futuro provechoso y cómodo y, sobre todo, saludable y activo.
De hecho, el envejecimiento activo es el principal objetivo al que se dirigen todas las tendencias en lo relativo al modus vivendi de la tercera edad. El urbanismo ya trabaja para hacer las ciudades más accesibles e inclusivas, la tecnología para facilitar la conectividad y tareas básicas del día a día y los promotores inmobiliarios para dar respuesta a un nicho de mercado creciente (el envejecimiento de la población sigue aumentando según el INE, como también lo hace la esperanza de vida) y exigente: las nuevas generaciones de mayores serán más saludables y con mayor nivel educativo y tecnológico.
Con este contexto, estos son algunos de los cambios que se prevén permitirán adaptar la realidad actual a las necesidades de las próximas generaciones de mayores:
Adaptabilidad de espacios
El entorno en el que se desarrolla la vejez juega un papel crucial en la actividad física o social.. Tradicionalmente, una buena parte de la población elige trasladarse a un lugar más tranquilo o que ofrezca un nivel de vida más económico. El reto de futuro, sin embargo, radica en conseguir que las personas no se vean empujadas a cambiar su entorno durante la última etapa de la vida. Para ello, los antiguos vecindarios deben adaptarse y, los nuevos, desarrollarse con esta visión.
En este sentido, entra en juego un amplísimo abanico de factores que incluyelas condiciones de las calzadas, la calidad del aire, la seguridad del vecindario, la existencia de parques, asientos y baños públicos o la proximidad de servicios básicos (tiendas, centros de salud) o centros sociales.
Con el foco puesto een España,surge el proyecto Red de Ciudades Saludables. La OMS y el Inserso trabajan en conjunto para desarrollar espacios que promuevan un envejecimiento activo y saludable.
Urbanizaciones para mayores
La creación de comunidades en las que conviven mayores independientes con la ventaja de contar con servicios como médico y enfermería, zonas comunes o un programa de actividades recreativas no es nuevo (existen urbanizaciones gestionadas por empresas privadas o, incluso, con modelos de cooperativa), si bien en España se trata de un mercado aún incipiente.
En los próximos años se espera que no sólo se trate de pequeñas urbanizaciones sino también de edificios en el centro de las ciudades o, a mayor escala, de ciudades enteras.
Vecindarios intergeneracionales
A esta franja de población muchas veces no les gusta vivir sólo rodeados de otras personas mayores.Que un entorno sea intergeneracional no sólo se valora por ellos sino también por jóvenes y familias. En este sentido, en las nuevas comunidades rupestres que están surgiendo en los Estados Unidos recuperando el estilo de vida rural, se suele reservar una cuota para vecinos de la tercera edad precisamente para evitar que la comunidad presente una extrema homogeneidad generacional.
Desarrollo tecnológico
El desarrollo de la tecnología en lo relativo a las comunicaciones y a los servicios de alarma asistencial (cada vez más autónomos y asequibles) ayudan, y lo hará aún más en el futuro, a que los mayores puedan vivir de forma independiente durante más tiempo. Teléfonos móviles, robots, sensores, asistentes virtuales activables con la voz, chatbots, recordatorios automáticos y opciones de entretenimiento adaptadas mejorarán la calidad de vida de unos mayores que dentro de algunas décadas serán nativos digitales.