Cuando existe una buena relación entre arrendador y arrendatario, ambas partes disfrutan de las ventajas del alquiler: el primero obtendrá todos los meses un ingreso económico sabiendo que su hogar se encuentra en buenas manos y, el segundo, se sentirá cómodo y tranquilo en la vivienda que habita.
Para lograr este buen ambiente es importante sentar unas bases y que tanto el inquilino como el propietario pongan de su parte. Las normas a seguir son muy básicas, aunque nunca está de más recordarlas:
Consejos para los propietarios
Firmar un contrato de alquiler
El contrato de alquiler reconoce los derechos y obligaciones de cada una de las partes y sienta una bases, reguladas por la Ley de Arrendamientos Urbanos, para la relación entre ambos. Por eso, es importante firmar un contrato y adquirir ciertos compromisos por escrito.
El propietario debe ser el responsable de crear este contrato y compartirlo con el posible inquilino para que de su conformidad antes de la firma. Ambos deberán guardar una copia firmada y cumplir con lo que en él se recoge.
Establecer unas normas básicas
Normalmente, estas normas vienen recogidas en el contrato de alquiler. Sin embargo, es importante asegurarse de que quedan claras y se entiende. Por ejemplo:
- Cuota mensual del alquiler.
- Fecha de pago.
- Normas de convivencia de la comunidad en la que se encuentra la vivienda.
- Normas de mantenimiento de las instalaciones o electrodomésticos.
- Inventario de muebles o electrodomésticos de la vivienda.
Alquilar la vivienda en buenas condiciones
Cualquier vivienda ha de alquilarse en condiciones de habitabilidad. Para asegurarse de que esto es así, el propietario solo tiene que hacer una pregunta: ¿yo viviría aquí? Si la respuesta es que sí, en principio todo irá bien.
Este suele ser uno de los puntos de fricción con los inquilinos, por lo que es importante que antes de firmar el contrato vean en persona el estado del inmueble.
Resolver las incidencias con agilidad
El casero es el responsable de resolver cualquier problema que pueda surgir en la vivienda. Mostrar buena predisposición y proceder con rapidez hará que el inquilino esté contento y la relación entre arrendador y arrendatario sea mucho mejor.
Para esto es importante que el inquilino disponga de la información necesaria para contactar con el dueño de la vivienda: teléfono, email, móvil, etc.
Consejos para los inquilinos
Para que un inquilino tenga contento a su casero solo hace falta cumplir con lo estipulado en el contrato:
- Pagar el alquiler en tiempo y forma. Normalmente hay un plazo que se corresponde con los primeros días de cada mes, lo más fácil es programas una transferencia automática para no olvidarnos.
- Respetar la vivienda y todo lo que se contiene en ella y no hacer uso indebido de la misma.
- Comunicar los problemas o averías que pueda haber con rapidez para que el propietario pueda hacerse cargo y no provocar desperfectos adicionales.
- Asumir los daños que se hayan podido provocar durante el período de arrendamiento para que el propietario pueda decidir si quiere descontarlo de la fianza.
En conclusión, estas son unas reglas de convivencia básicas pero que contribuyen a que la relación entre arrendador y arrendatario sea más agradable y fluida. Pueden surgir fricciones en momentos puntuales, pero si se ajustan estas normas todo irá bien.