Cerámica, gastronomía, playas, fiestas populares, zonas de ocio, arboledas, pueblos medievales… Castellón es de todo menos plana en cuanto a atractivos.
La perfecta unión entre playa y montaña, con más de 120 kilómetros de costa, salpicados de largas playas y ocho parques naturales. Así es Castellón, una de las provincias más interesantes de la Comunidad Valenciana y con mil secretos que te sorprenderán.
Porque descubrir Castellón es enamorarse de sus mil y una caras: las playas de localidades tan bellas como Peñíscola, Oropesa del Mar o Benicassim, el impactante pueblo medieval de Morella, las fiestas de la Magdalena, los azulejos de cerámica y platos dignos del mejor chef, como la olla, un cocido de cardos, garbanzos y otro tipo de verduras; los langostinos de Vinarós, carnosos, fuertes y muy sabrosos; o los “rotllets” de aguardiente, una especie de rosquillas elaboradas a partir de harina, azúcar, aceite, zumo de limón y aguardiente, por supuesto.
El emblema de la ciudad
Y ¿qué te parece descubrir el Castellón más verde sin salir de la ciudad? Ese es el recorrido que te proponemos. Un paseo por alguno de los parques urbanos más emblemáticos que esconde esta ciudad, nada más y nada menos que 1,8 millones de metros cuadrados de zonas ajardinadas y llenas de árboles. ¿Empezamos?
Nuestra primera parada en esta peculiar excursión es, como no podía ser de otro modo, el Parque Ribalta, emblema de la ciudad y uno de los favoritos de sus habitantes.
Más de 450 especies conforman un espacio de enorme riqueza botánica que, realmente, debe su nombre a un error. Y es que, cuando a finales del siglo XIX se construyó, se le puso el nombre del pintor Francisco Ribalta, gran exponente del barroco valenciano, ya que se creía que era originario de Castellón, algo que posteriores estudios demostraron que no era así.
Sin embargo, las musas no cambiaron de lugar y, así, el Parque Ribalta está lleno de arte: el de la música, que es posible escuchar todos los domingos en concierto en su templete; el de la cerámica, que decora su plaza, balaustrada y bancos, etc.
“Sentarse en cualquier de sus rincones, pasear por las sendas que vas encontrando a tu paso, contemplar el estanque o, simplemente, dejarse llevar por la paz que se respira… Es sin duda uno de los lugares imprescindibles de esta ciudad”, nos cuenta Noelia Carpena, una valenciana afincada en Castellón desde hace años.
Un placer para los sentidos
Con un nombre tan seductor, no podemos dejar de detenernos en el Jardín de los Sentidos, otro de los parques urbanos más visitados de la ciudad.
Este enorme recinto rodea toda la universidad (para alegría de los estudiantes) y esconde varias cafeterías en las que es posible tomar una café mientras se escucha la música de cualquiera de los conciertos que se celebran regularmente entre sus árboles.
Y el sentido, pero de la orientación, es el que también podremos desarrollar si visitamos el Parque del Meridiano, otro de los más conocidos de Castellón, aunque pocos saben que justo se llama así porque es el paso exacto del Meridiano de Greenwich y el paralelo 40 por nuestro país.
Cerramos nuestro paseo con el Parque Rafalafena, el único de la ciudad que se caracteriza precisamente por ser un recinto cercado. En su interior podemos encontrar distintos espacios, de los cuales destaca especialmente su anfiteatro, su fuente y su cafetería, la cual, desde hace un par de años, está gestionada por la asociación de discapacitados el Rinconet.
Castellón, un paseo entre naturaleza sin salir de la ciudad. ¿Nos acompañas?