Tal vez no seas muy consciente del riesgo de sufrir un robo en tu domicilio. Algunos datos pueden ayudarte a entenderlo: según el Ministerio del Interior, en 2014 se produjeron alrededor de 120.000 asaltos consumados a viviendas. Por su parte, la empresa de seguridad Securitas Direct, registró también el año pasado 18.000 intentos de robo, una media de un asalto cada 34 minutos en las propiedades que protegen.
Se podría decir que los delincuentes lo tienen fácil, a tenor de un reciente informe elaborado por la división del hogar de la aseguradora Línea Directa: de los 26 millones de hogares españoles, cuatro millones no cuentan con ninguna medida de seguridad.
La policía transmite en cada periodo pre-vacacional información sobre cómo suelen actuar los ladrones para que los ciudadanos tomen las precauciones necesarias. Repasemos sus técnicas:
- Estudian las viviendas para conocer si disponen de sistemas de seguridad y si presentan o no una gran dificultad.
- Suelen vigilar a los propietarios para conocer sus costumbres y horarios.
- Averiguan los periodos en que la vivienda está vacía controlando el correo acumulado, la falta de actividad o dejando marcadores en la puerta de entrada (por ejemplo, publicidad en el marco de la puerta: si sigue durante varios días, no hay actividad).
- Acceden forzando la puerta de entrada cuando no está suficientemente protegida, extrayendo el bombín de la cerradura o apalancando. También es muy habitual escalar por las fachadas de los edificios o alcanzar los balcones desde las azoteas. En estos casos, basta con romper las ventanas a no ser que la vivienda tenga rejas, persianas de seguridad o alarmas.
- En periodo no vacacional se producen más robos entre semana, cuando los vecinos se han desplazado a sus trabajos, y menos en el fin de semana. Aunque según los datos de Línea Directa y de Securitas Direct, están aumentando los asaltos a domicilios ocupados: en 2013, el 16% de las víctimas estaban en casa cuando fue asaltada.
El informe de Línea Directa recoge que el método más habitual para protegerse de los robos es la puerta blindada (en el 60% de los hogares), seguido de las alarmas (20%) y la colocación de rejas en las ventanas o persianas de seguridad (20%). Sin embargo, los expertos afirman que lo conveniente es combinar estos sistemas.
¿Y si a pesar de las precauciones sufrimos un robo? En ese caso, el único consuelo será la póliza de nuestro seguro del hogar… Si es que lo tenemos. Nada menos que 11 millones de viviendas particulares en España (el 42% del total) no tienen ningún tipo de cobertura, según Línea Directa.
Proteger la vivienda empieza siempre por asegurarla. Las compañías ofrecen pólizas en las que los robos son un apartado básico que, sin embargo, pueden tener diferentes coberturas.
En primer lugar, las compañías suelen distinguir entre:
- Asegurar el continente, es decir, todos los daños que se produzcan en la casa durante el asalto.
- Asegurar el contenido, compensando económicamente por los objetos y bienes que se hayan sustraído.
Algunas pólizas ofrecen ambas coberturas conjuntamente. Pero hay otra diferencia importante en los seguros: no es lo mismo un hurto que un robo.
- Un robo supone un acto de violencia en la que se fuerza el acceso a la propiedad. En un seguro multirriesgo la cobertura suele ser total.
- En un hurto, no hay violencia. El ladrón se aprovecha de un descuido en la seguridad, por ejemplo, una puerta abierta o una pérdida de llaves. Algunas aseguradoras interpretan que en esos casos parte de la responsabilidad es del propietario, por lo que se deniega la indemnización o se reduce su cuantía.
Lo aconsejable, por tanto, es una cobertura amplia y, sobre todo, conocer bien las cláusulas para saber hasta qué punto estás protegido.